«Para estudiar y practicar deporte hay que irse a Estados Unidos»
Al vizcaíno Jon Rahm, figura en ciernes, le «motivan» los elogios de Nicklaus y Tiger Woods, pero a sus 22 años pide «paciencia», porque «me ha ido bien hasta ahora»
Javier Muñoz
Sábado, 17 de diciembre 2016, 02:22
Su paso por la Universidad de Arizona le ha dejado un marcado acento estadounidense. En los torneos del circuito PGA, la élite del golf mundial, ... ya se escucha: Jon Rahm, de Barrika, la carta de presentación de una estrella en potencia; de un diamante en bruto de 1,88 metros y un físico privilegiado que ha roto moldes en EE UU. Allí ha conseguido todos los galardones y ha pulverizado todos los récords de la categoría amateur. En ese nivel aficionado, el golfista vizcaíno ha sido el mejor jugador del mundo durante 60 semanas, pero ahora, a sus 22 años recién cumplidos, y exhibiendo un golpe de más de 300 metros calificado de asombroso, acaba de dar el salto. Ha sacado rápidamente la tarjeta para competir en el PGA Tour y ha superado incluso a Tiger Woods en un torneo, tras haberlo hecho antes en precocidad. Atesora condiciones para llegar a número 1. Quién sabe si será otro Seve Ballesteros o un nuevo José María Olazabal en una disciplina de la que se enamoró a los 13 años, cuando jugaba al fútbol en Plentzia y disfrutaba del piragüismo.
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Muchas familias están obsesionadas con que su hijo sea una figura de tal o cual disciplina.
La mía me dejó practicar los deportes que quise.
Jon Rahm recordó ayer esa inteligente decisión al presentar el acuerdo que ha firmado Basque Team, organismo del Gobierno vasco que apoya el deporte local de élite, en virtud del cual ejercerá de «embajador» deportivo de Euskadi. Fue esa libertad que le dieron en casa para escoger su camino lo que encarriló su vida. Eso y algo más: la marcha a la residencia Blume de Madrid y por supuesto la mudanza a Arizona, donde ha terminado este verano la carrera de Comunicación y ha saltado al Olimpo del golf. «El joven que quiera estudiar y practicar deporte, debe marchar a Estados Unidos», subrayó Rahm en el centro de alto rendimiento del Gobierno vasco en Fadura, Getxo, donde concedió una entrevista a EL CORREO, aprovechando dos semanas de descanso en el País Vasco.
¿Qué es lo bueno del modelo estadounidense?
Los estudios son los más importante, aunque seas atleta. Allí tenemos tutores para cualquier cosa por si hay problemas para ir a clase. Cada equipo tiene horas de estudio obligatorias. Si pudiéramos a importar ese modelo me hubiera quedado aquí. En Estados Unidos, los deportistas profesionales pasan por la universidad. Es el camino habitual con las excepciones de Kobe Bryant, LeBron James y el propio Tiger Woods.
Este último y Jack Nicklaus lo han colmado de elogios a usted. ¿No le pesa la responsabilidad? ¿No le asusta?
Todo lo contrario. Si alguien que es un referente me elogia, significa que lo estoy haciendo bien, que actúo como él lo hubiera hecho. Eso me motiva y me ayuda. Es peor cuando recibes críticas (risas). Entonces piensas si hay que cambiar cosas, le das vueltas y vueltas, y te afecta mentalmente.
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«Un peaje cada día»
Acaba de concluir los estudios d Comunicación y ha entrado la élite. ¿Qué objetivo se ha marcado?
Paciencia. Me lo tomo con calma. No quiero quemarme. Me ha ido bien hasta ahora y no voy a cambiar. Lo primero es buscar un calendario que sea óptimo, porque nunca he competido un año completo del PGA. He hecho un año como amateur, pero no jugábamos ni la mitad de torneos. Ahora necesito saber cuántos puedo disputar seguidos y en cuántos he de descansar. Muchos llegan al PGA y quieren hacer demasiado, cinco o seis competiciones. Creen que las necesitan, pero a la tercera semana están quemados y no rinden bien. No merece la pena. Tal vez es mejor ir a dos torneos y descansar. Luego a otros dos y así.
¿Qué es lo que agota a los golfistas?
Un partido de fútbol cansa mucho más que un día de golf, pero el público no suele reparar en el ritmo que llevamos. Llega un torneo, vas al campo, entrenas... Al día siguiente, lo mismo. Luego vienen el jueves, viernes, sábado y domingo; y cada vuelta son cuatro o cinco horas. Todo eso te va desgastando, y más mentalmente. Coges un avión y más de lo mismo. A continuación, otro avión y otro y otro. Es como cruzar un peaje cada día. Cuando concluye la temporada y llega octubre, una noche te encuentras durmiendo catorce horas seguidas sin darte cuenta. Tu cuerpo lo necesita. Es físico, pero también mental. Te quemas poco a poco hasta que llegan los días libres.
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Por qué elegiste la universidad de Arizona para desarrollarte como golfista?
Porque está en el desierto y disfrutas de sol muchos días del año. Es lo primero: buen tiempo para entrenar. Hay otras universidades con magnificas instalaciones, pero están bajo dos metros de nieve. Un juego al aire libre requiere un lugar donde el clima sea benigno. Florida, California, Arizona... Si esta última tiene una universidad buena en golf, para qué cambiar.
Rahm dona los 9.000 euros de su contrato con Basque Team para impulsar el golf
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La fulgurante e incipiente carrera de Jon Rahm ha hecho que el Basque Team le proponga un contrato de imagen para incorporarlo al grupo de embajadores de ese organismo, que respalda desde el Gobierno vasco a los deportistas locales con aspiraciones olímpicas. El importe del contrato, 9.000 euros, ha sido donado por el joven de Barrika para impulsar el golf u otras disciplinas minoritarias. Es un acuerdo del cual que Rahm aseguró ayer sentirse «orgulloso» y que es análogo al que Basque Team ha suscrito ya con los surfistas de élite Letizia Canales, Asier Muniain y Aritz Aranburu. «No es muy frecuente tener un representante de tan alto nivel como Jon Rahm, y además en un deporte tan potente en el mundo anglosajón», destacó Jon Redondo, actual director de Deportes del Ejecutivo de Vitoria.
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El joven golfista vizcaíno no ocultó que una de sus grandes metas es ser medallista en los Juegos Olímpicos de Tokio 2012. «Es lo más importante a lo que puede aspirar un deportista», declaró. De momento ha entrado en el PGA Tour con «ánimo y paciencia», paso a paso.
¿Cómo es Phoenix?
Hay campos de golf a patadas. Viven ese deporte día a día. Disponen de las instalaciones que a un jugador en mi posición le hacen falta.
¿Qué es lo que le ha llamado más la atención en la sociedad estadounidense?
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La diferencia es abismal. Conocen lo suyo y su cultura, pero no los saques de ahí. Me han llegado a preguntar en qué parte de México está Bilbao. Les aclaras que está en Europa, al otro lado del océano... En realidad, Estados Unidos es una Europa; un país tan grande que vayas donde vayas encuentras algo distinto. Nueva York es diferente de Florida, y Florida no tiene nada que ver con Phoenix. El estilo de vida y las personas varían totalmente. No hay un estereotipo que lo abarque todo.
¿Qué ha aprendido el tiempo que lleva en Arizona?
Cuando los jóvenes cumplen 18 años y acaban el instituto se entiende que van a ser independientes; los padres sueltan las riendas para que hagan su vida. En su cultura se los considera adultos, y ellos se lo creen, aunque no lo sean ni por asomo. La universidad es donde se supone que emezarán a buscarse la vida. A algunos les irá bien, a otros no...
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«Sigo siendo un niño»
Ha dejado claro que no quiere perder su vinculación con el País Vasco
Siempre me han dicho que uno debe tener presente de dónde viene. Nací y crecí aquí. Eso no va a cambiar. Lo considero sagrado, y quiero que se sepa que es así. Vivo en Phoenix, Arizona, pero no soy de allí. Soy de Barrika, Euskadi. Cuando me introducen en los torneos, la costumbre es mencionar el lugar donde resides, pero en mi caso lo hacen como Jon Rahm, de Barrika. No saben si es Costa de Marfil o Alemania (risas).
Ya firma autógrafos, pero su mayor tesoro es la camiseta del Athletic que le firmó a usted Aritz Aduriz. Su abuelo Sabino Rahm fue delegado del club durante 30 años.
Sigo siendo un niño para esas cosas. A Aduriz lo he visto un par de veces, la última en septiembre, antes del partido contra el Valencia. Hablé con él y me saqué una foto con el equipo. Me hizo muchísima ilusión. El Athletic también es un referente para mí. Si estoy en casa y puedo asistir a un partido, no lo dudo. Por supuesto, si llegara a una final y estuviera en Estados Unidos, entonces haría lo que fuese para desplazarme. Sí o sí.
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No ha dejado de exhibir un león en su bolsa.
Sí, claro, lo llevo colgado. El problema con el escudo del Athletic (en la bolsa) se malinterpretó un poco. Fue porque yo estoy con Adidas y el Athletic, con Nike. A ellos les dio pena decírmelo, porque sabían hasta qué punto me importa el equipo. Mi novia, que es estadounidense, también lo sabe y enmarcó la camiseta de Aduriz como regalo, aunque ella no le conoce.
¿Dónde la ha puesto?
En mi habitación. Ahora estoy de alquiler en Phoenix, pero cuando tenga mi casa reservaré una habitación entera para los trofeos y para la camiseta, la bufanda y la bandera del Athletic.
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