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Hace seis meses que se produjo el relevo en las principales empresas que prestan el servicio de ambulancias de Bizkaia. El Departamento de Salud del ... Gobierno vasco y La Pau pactaron la salida de la firma catalana tras las «reiteradas deficiencias» en el transporte de pacientes. Entre otras, graves retrasos en los traslados, ambulancias que se utilizaban para trabajos privados distintos a los contratados por Osakidetza, impagos salariales y turnos que no se llegaban a cubrir por falta de personal.
La salida precipitada de La Pau obligó a recurrir a un contrato de emergencia para seguir atendiendo un servicio esencial como es el transporte sanitario, a la espera de que en los próximos meses se convoque el concurso ordinario. Fue a finales de noviembre cuando empezó a operar la UTE llamada Bizkanb, una unión de empresas formada por Ambulancias Baztán Bidasoa y Sanir, compañía vinculada a Alsa y Transinsa. Los trabajadores esperaban que este cambio sirviese para empezar a poner orden en el sector. Pero lo cierto es que, medio año después del relevo, vuelven a producirse denuncias de supuestas irregularidades.
El sindicato LSB-USO, que encabeza también la dirección del comité de empresa de la UTE, ha denunciado ante la inspección de transportes de la Diputación de Bizkaia una serie de «irregularidades» de las ambulancias que utiliza la empresa para el transporte sanitario. Uno de los asuntos que el sindicato ha puesto sobre la mesa de las autoridades es que las autorizaciones de transporte de estos vehículos siguen a día de hoy todavía a nombre de La Pau. Se trata -insisten- de una infracción «grave» de la normativa que regula el transporte terrestre y conlleva importantes sanciones económicas, ya que las autorizaciones son «intransferibles» y deben ser «explotadas exclusivamente por su titular legal». Consideran que es algo «muy extraño» porque, en teoría, el cambio de autorización es un «simple trámite» a no ser que existan problemas «importantes».
Pero, sobre todo, el sindicato quiere poner el foco en la situación de «desprotección» en la que quedan los trabajadores que conducen y trabajan en estos vehículos. Entre otras razones, porque -insisten- para la concesión de estas licencias la Administración comprueba que las empresas se encuentran al día con sus obligaciones salariales con los empleados. La central censura, además, que también se están produciendo problemas con las cotizaciones a la seguridad social. Desde el Departamento de Salud del Gobierno vasco insistieron en que este hecho no constituye ninguna «ilegalidad» al tratarse de un contrato de emergencia, que lo que busca es garantizar la prestación de un servicio esencial.
El sindicato, en todo caso, también ha puesto de manifiesto que muchas de estas ambulancias se han utilizado en servicios privados, como los partidos europeos que el Athletic ha jugado en San Mamés, y en traslados sanitarios de aseguradoras. Muchos de estos vehículos directamente no tenían autorización para funcionar. De hecho, hace varias semanas, durante un encuentro del club bilbaíno de fútbol, un trabajador del sector llamó a la Ertzaintza para alertar de esta situación. En este caso, se trata de infracciones muy graves que podrían derivar en la inmovilización de las ambulancias.
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