Una denuncia empuja a Leioa a anular el concurso para levantar el nuevo Pinosolo
El Colegio de Arquitectos alertó de que sólo «un puñado de despachos» podía optar al contrato para diseñar el futuro polideportivo
El Ayuntamiento de Leioa se ha vuelto a enredar con el polideportivo que lleva años intentando construir para descongestionar el viejo Sakoneta. El Consistorio se ... ha visto obligado a dar marcha atrás y anular el concurso de ideas que había convocado para elegir el diseño de las futuras instalaciones deportivas de Torresolo, una iniciativa que viene a sustituir al fallido plan de Pinosolo, cuya polémica por las supuestas irregularidades en la contratación derivó en una comisión de investigación municipal, sospechas de corrupción y varios pleitos en los tribunales (los flecos legales de aquel asunto aún colean en el Tribunal Supremo).
Para pasar página de Pinosolo, la Administración local planteó un nuevo plan en el cercano área de Torresolo, donde se ubican las piscinas. Fue de hecho, una propuesta estrella tanto del PNV como del PSE durante la última campaña electoral. Desde el inicio de esta legislatura, los responsables municipales buscaban un despacho de arquitectura que se hiciera cargo de la redacción del proyecto de ejecución. Para ello, el pasado mes de noviembre, el Ayuntamiento convocó un concurso de ideas que otorgaría a la firma ganadora una cantidad de 2,7 millones de euros y un límite de 10 meses para dibujar los planos y todos los detalles necesarios previos a la fase de obras.
El plazo para presentarse al citado concurso tendría que haber acabado ayer. Sin embargo, el Consistorio no ha empezado con buen pie en este nuevo capítulo y decidió, hace unas semanas, anular el proceso. ¿El motivo? Los responsables municipales afirman que en los pliegos o bases que debían regir el certamen contenían «errores» importantes. Unos fallos «que no pueden ser considerados errores materiales, de hecho o aritméticos», como se apunta en un informe municipal. En el documento se profundiza en que la subsanación de estas deficiencias no era posible porque hubiera dado lugar a una interpretación subjetiva del contrato, poniendo en peligro la seguridad jurídica del plan.
Volver a empezar de cero
En definitiva, el Consistorio ha optado por anular la convocatoria y sacar otra nueva desde cero. Algo que hará «de forma inminente», según asegura una portavoz municipal. Pero es que, además, el concurso había sido denunciado ante el Órgano Administrativo de Recursos Contractuales (OARC) por el Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro. Los arquitectos dudaban de la legalidad del pliego lanzado por el Consistorio porque, a su juicio, podía atentar contra la libre competencia.
En concreto, este colectivo impugnó el apartado en el que se fijaba como elemento de valoración de la solvencia que los candidatos tenían que haber facturado honorarios por un importe mínimo de tres millones de euros en algún proyecto de calado, al menos, en un ejercicio de los últimos diez años. Para los arquitectos, esto suponía, en la práctica, que muy pocos despachos (quizás sólo «un puñado») podían haberse presentado a la convocatoria, lo que consideran discriminatorio.
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