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Terrazas en la Plaza Nueva. I. PÉREZ
¿Hay demasiadas terrazas en Bilbao?

¿Hay demasiadas terrazas en Bilbao?

Debate entre hosteleros y vecinos ·

EL CORREO reúne a dos voces autorizadas a ambos lados de la barra para debatir sobre el problema de las terrazas, que enfrenta a hosteleros y vecinos en la capital vizcaína

XABIER GARMENDIA

Domingo, 9 de diciembre 2018, 00:49

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No es meramente la percepción del peatón que trata de cruzar calles como Ledesma o Licenciado Poza. También los datos atestiguan que en Bilbao proliferan las terrazas. En la última década, la capital vizcaína ha pasado de tener 552 veladores a 1.450. Casi el triple. Y no solo es el número, sino también lo que provocan. Ocupan espacio público, dificultan el paso, generan suciedad, ruido... Pero, por otro lado, también contribuyen de forma significativa al sector hostelero, que da trabajo a 25.000 personas en toda Bizkaia. Los bares dieron con la receta para aguantar el tipo durante la crisis y, además, encontraron una alternativa para la ley antitabaco que tantos clientes les restó.

El Ayuntamiento comparte el diagnóstico de que se deben tomar cartas en el asunto y recientemente ha presentado un plan director de terrazas que busca una reorganización. EL CORREO ha reunido a Héctor Sánchez, máximo representante de los hosteleros vizcaínos, y a Javier Rodríguez, líder vecinal del Casco Viejo -una zona especialmente afectada por este fenómeno- para que aporten su visión. Ambos coinciden al menos en que la situación actual «no es la deseada por todos», si bien defienden planteamientos contrarios sobre la responsabilidad de los dueños de los establecimientos y en la imposición de sanciones.

«El Ayuntamiento ha sido generoso con las terrazas, pero no es una colonización»

Héctor Sánchez | Gerente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia

«El impacto es tal que ahora nos oponemos a la peatonalización de las calles»

Javier Rodríguez | Presidente de la asociación vecinal Bihotzean del Casco Viejo

- ¿Comparten la premisa de que hay un problema con las terrazas en Bilbao?

- Héctor Sánchez: Yo entiendo que en determinadas zonas se ha llegado a una situación que no es la ideal, lo reconozco. En esos sitios se tendrá que reorganizar el sistema. Lo que me parece mal es que siempre se carguen las tintas exclusivamente contra los hosteleros. La cuestión de las terrazas tiene muchas aristas y no se puede entender si no tenemos en cuenta la actitud de algunos clientes que redistribuyen las mesas y las sillas para ocupar más espacio del permitido. Lo que es un orden lo convierten en desorden.

- Javier Rodríguez: Echar la culpa a la gente no me parece un buen punto de inicio. Habrá personas que hagan eso, pero la responsabilidad de lo que ocurre en esa terraza es de quien pide y gestiona esa licencia. Los empresarios no se pueden lavar las manos respecto a lo que pasa fuera del local. Si ejercen la actividad de una manera profesional y cuidada dentro, ¿por qué no lo pueden hacer también fuera? Lo que nosotros pedimos es que esa labor diligente sea igual en ambos espacios. Creo que entra dentro de toda lógica.

- Héctor: El dueño del establecimiento controla todo lo que ocurre en su local, sea dentro o fuera, pero no se le puede pedir que esté las 24 horas del día ejerciendo como un inspector y apercibiendo a los clientes. Es una cuestión de saber comportarse, no podemos convertirnos en el padre de nadie.

- Javier: Aquí no se trata de ejercer de padre, sino de velar por que se cumplan las normas que te han permitido obtener esa licencia de apertura de la terraza. Y para cumplir con esas reglas, debes hacer todo lo que esté en tu mano.

- Héctor: Hay que ponerse en la situación de los hosteleros porque a veces nos vemos desamparados. A mí me llaman compañeros a los que algunos clientes les amenazan con agredirles simplemente por haberles pedido que se comporten, que no ocupen más sitio del permitido o que no saquen el vaso a la calle. Lo que quiero decir es que hacemos lo posible para no generar molestias y, en muchas ocasiones, no nos lo ponen muy fácil.

- Javier: ¿Esa es una situación generalizada? No lo creo. En todo caso, ocurrirá porque a ese cliente se le ha suministrado una sustancia que le hace perder el control; en muchas ocasiones, a base de ofertas o precios especiales. Si eres tú quien le proporcionas esa bebida, también eres tú el que provoca el problema y, en consecuencia, eres responsable.

- Héctor: No se puede pretender que preguntemos a cada cliente cuántas cervezas ha bebido. Cada uno debe ser lo suficientemente responsable para conocer los límites.

Responsabilidad compartida

- ¿Se resolverían todos los males que generan las terrazas si los clientes fueran más responsables?

- Héctor: La imagen de algunas calles mejoraría mucho si todos cumplieran la norma de verdad. Yo hago un llamamiento a toda la ciudadanía, en la cual me incluyo, para que seamos más responsables. No es normal que los establecimientos tengamos que poner a una persona exclusivamente dedicada a recoger los vasos que los clientes dejan fuera. Ocurre, por ejemplo, en la calle Diputación, donde muchas personas pagan su consumición, salen y se sientan junto a la lámina de agua que hay en la Biblioteca foral. ¿Qué nos cuesta devolver el vaso al bar cuando acabamos? Absolutamente nada, y dejamos de generar molestias a los vecinos.

- Javier: Es que consumir en el exterior siempre va a suponer una molestia. El problema en esta historia es que hay una actividad regulada con muchas protecciones dentro del local, pero que desaparecen en el exterior. Se produce una completa desregulación a la que se añade la permisividad del Ayuntamiento. Las sanciones son mínimas y a los bares no les importan porque les sigue siendo rentable.

- Héctor: Se sanciona a quien incumple la normativa y ante eso no hay pero que valga. A compañeros míos les han multado por cerrar la terraza cinco minutos más tarde de lo permitido. Y a mí me parece lo correcto porque son las reglas. Si no te gustan, lucha por cambiarlas. Ahora bien, ¿por qué solo se sanciona a los dueños del bar? Yo aún estoy por ver que se castigue a una persona que ensucia los alrededores o que monta jaleo. Tal vez cuando eso ocurra, la gente empezará a ser consciente.

Sánchez y Rodríguez debatieron en un clima distendido durante cerca de hora y media.
Sánchez y Rodríguez debatieron en un clima distendido durante cerca de hora y media. MAIKA SALGUERO

- ¿Una reducción en el número de terrazas contribuiría a apaciguar la situación que se vive en algunas calles?

- Héctor: Vaya por delante que desde la asociación nunca vamos a apoyar una reducción generalizada. Todo lo que sea reordenar, sí. Los hosteleros no vamos a ser quienes paguemos el pato porque también hay muchos comercios que sacan a la calle pizarras, tiestos y otros elementos decorativos. Parece que somos nosotros los que generamos todos los problemas cuando en realidad somos los más interesados en evitarlos.

- Javier: Me asusta oír que no se quiera reducir el número de terrazas cuando es algo que se va a producir inevitablemente. Lo que no se puede hacer es dejarlo todo como está ahora. Pongo el ejemplo de lo que ocurrió en la calle Somera. El Ayuntamiento entendió que la zona se saturó de bares y no permitió más licencias. Los vecinos dijimos que eso no era suficiente porque nos dejaban con una fotografía fija en la que los establecimientos tienen una licencia de oro. Nos han dejado con el muerto.

Un modelo matemático

- ¿Ha dado el Ayuntamiento demasiadas licencias para abrir veladores en los últimos años?

- Héctor: El Ayuntamiento ha sido generoso en las concesiones porque ha comprendido las necesidades del sector. Hemos tenido momentos de dificultades económicas justo después de una caída en los clientes por efecto de la ley antitabaco. Las terrazas han contribuido decisivamente a mantener muchísimos empleos y los niveles de actividad. El turismo se está multiplicando exponencialmente y la propia sociedad bilbaína también está cambiando sus hábitos de ocio. No es una colonización, es una respuesta ante la demanda.

- Javier: El impacto de tantas terrazas ha sido tan negativo que ahora los vecinos nos oponemos a la peatonalización de las calles. Antes recibíamos esas propuestas con los brazos abiertos, pero ahora nos hemos dado cuenta de que se han sustituido los coches por terrazas. Da la sensación de que se priorizan actividades económicas privadas frente a los vecinos. Me preocupa que hayamos llegado a una situación tan desordenada que ahora sea imposible volver al orden.

- El nuevo plan prevé un modelo matemático para asignar los metros cuadrados, aunque no se aplicará en las zonas más saturadas porque supondría cerrar muchas terrazas.

- Héctor: Ese modelo establece una serie de parámetros que serían los ideales para una ciudad que empezara de cero. Obviamente hay que hacer algunas excepciones.

- Javier: ¡Claro! Si es que es justamente lo que yo decía antes. Partíamos del 0, hemos llegado al 100 y ahora nos dejan en el 70. ¡Oiga, que yo no vivo bien en el 70! Los hosteleros conforman un grupo de presión muy potente y somos los vecinos quienes acabamos perdiendo siempre. Encima estamos cediendo el espacio público a un precio irrisorio.

- Héctor: En la cuestión sobre la ocupación de espacio público hay que hacer matices. El otro día oía la queja de una señora que no podía atravesar su calle en silla de ruedas por toda la gente que había en las terrazas. Estoy convencido de que la licencia no permite ocupar tanto sitio. Y si hay un bar que lo está haciendo, que se le sancione. Pero me temo que aquí también influye toda la gente que se concentra alrededor de los bares y consume bebidas que compran en comercios. Entre las terrazas y el botellón, entiendo que un vecino de Licenciado Poza no esté contento, pero la diferencia es que una fórmula está sujeta a una licencia y la otra no.

- Javier: Mucha de esa gente que está de pie o sentada en el suelo sí está consumiendo en el establecimiento y no se les prohíbe que salgan con el vaso. Volvemos a hablar de la responsabilidad de quien saca al exterior su actividad económica. Si se comportan de forma incivilizada, el establecimiento tiene su parte de culpa.

- Héctor: ¿Nos entraría en la cabeza que se sancionara al Athletic porque los hinchas del equipo rival han quemado contenedores al salir de San Mamés? Seguro que no. Entonces, ¿por qué a los hosteleros sí? Es como si nos tuviéramos que hacer responsables de quienes orinan en la calle. Y eso que en muchos bares se deja entrar al baño a quienes hacen botellón y no consumen en el propio establecimiento.

- Javier: Cualquier experto en marketing te diría que incluso esos benefician al local porque generan un ambiente que invita a consumir.

- Héctor: Para nada. El botellón solo beneficia a quienes lo practican. Nos perjudica a los hosteleros y a toda la ciudad. O aprendemos a comportarnos, si hace falta a base de palos en el bolsillo, o el actual modelo de ocio está en serio peligro.

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