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Óscar Cubillo
Sábado, 6 de mayo 2017, 01:45
Concierto corajudo y madrileñísimo de música negra americana trasladada sin complejos a la piel de toro la suministrada por la J Teixi Band Band (esta es su web) este viernes en el Satélite T ante un respetable un poco más joven que los oficiantes: dos ex miembros de Los Elegantes y otros dos de los nunca bien ponderados Mermelada. Al cuarteto lo lidera el guitarrista devoto de la Fender Telecaster Javier Teixidor, que ha estado al mando de la J Teixi estos 20 últimos años, y lo estuvo de Mermelada los 20 anteriores. ¡Un histórico del rock español underground! En una ocasión, al poco de empezar el bolo, solicitó: «Por favor, a la barra, unas cervecitas acá para los debutantes». Vaya, quizá se refería a que era la primera vez que actuaban en el Satélite T, o era ironía sin más.
Los capitalinos venían presentando su octavo álbum oficial, Desde el tren (Warner, 16), y en 85 minutos tocaron 19 canciones, contando por separado dos de ellas unidas en popurrí e incluidas en el primer LP de Mermelada: Bebiendo y bailando y Es mejor así. Los músicos cumplieron lo previsto: entrega sincera, solidez en la porpuesa y gradación sudorosa y coral de la sesión hasta aproximarse a una fiesta toga por el epílogo: esa versión del Wooly Bully de Sam The Sham And The Pharaohs en castellano, o el Gloria de Them & Van Morrison también traducido y bastante alargado para cerrar el show.
La J Teixi Band arbitró con inteligencia el repertorio y sin diluir su personalidad abarcó numerosos palos: rock and roll stoniano marca Burning para arrancar (Buscando un amor), soul de adscripción mod nacional mejorando incluso a Brighton 64 (Quiero romper; «muchas gracias, de aquí, de dentro», exclamó al acabarla Teixi señalándose el corazón), soul similar al que hacen ahora grupos madrileños como los Betrayers pero en castellano (Tú eres la lluvia, con sus coros de garito), piezas con funk de fondo y negritud cañí en la superficie (Stand Back, primer single del nuevo álbum, que además tiene este clip), o la guitarra disparándose en el rock and roll de Luisiana Malo es, una de las cimas de la cita (tema que a Pato le recordó a Morís, coetáneo de Mermelada, por cierto).
Sí, la guitarra fue alegrando el panorama con punteos según el ambiente iba caldeándose. El protagonismo de la Telecaster empujó hacia arriba y siguieron los hitos, por ejemplo un No quiero escapar inspirado en el Downtown Train de Tom Waits y que fue épicamente americanófilo y contuvo un recitado con los ojos cerrados de Teixi, como épico además fue Ciudad soledad, crepuscular y con riffs rolling y salalás springsteenianos postreros.
Los cuatro tenían micrófonos para apoyar con coros. El baterista Charly Hens le pegada duro de puro contento, Teixi ya tenía su camisa de cuadros sudada por la espalda, el teclista Emilio Galiacho se lucía con su flequillo y algunos solos, y el bajista Dani Montemayor se mantenía fiel al líder desde hace 40 años, desde los tiempos de Mermelada, y aún brotaban momentos por encima de la buena línea, caso del creciente Grandes Huesos Negros algo Leiber & Stoller, un Rosas rojas que encadenó el síncope pub-rocker de Dr. Feelgood con los coros épicos americanos, el mentado popurrí de Mermelada o, abriendo el bis, el rock and roll sesgado más status Quo que Dr. Feelgood Las ratas y yo (tenemos el mismo menú). En su ámbito, los garitos, la Teixi siempre convence y arrastra.
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