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El Arco de Triunfo que aún puede verse en la ciudadela era la puerta de entrada a la Exposición Universal de 1888.

Barcelona en las novelas

Eduardo Mendoza, flamente premio Cervantes, ha retratado su ciudad en varias novelas. Otros muchos escritores lo han hecho en libros de muy reciente publicación

César Coca

Domingo, 23 de abril 2017, 02:16

Eduardo Mendoza es uno de los escritores que mejor ha retratado su ciudad, Barcelona, en casi todas sus novelas. El flamante premio Cervantes la ha descrito en diversas etapas, entre finales del siglo XIX y la actualidad, de manera que el lector conoce la evolución de la urbe, marcada por unos cuantos acontecimientos de gran relevancia: de la exposición universal de 1888 hasta hoy mismo.

Precisamente 1888 es el año que marca el punto inicial de 'La ciudad de los prodigios'. El joven anarquista que reparte panfletos y se convertirá en un magnate asiste a la conversión de la ciudad: la Barcelona anquilosada previa a la gran Exposición Universal de ese año se transforma, como por un milagro, en una urbe moderna, laboriosa y un tanto pagada de sí misma que vivirá grandes tensiones sociales hasta la Exposición Internacional de 1929, que se celebra mientras el mundo se asoma al abismo por la crisis bursátil de ese año. En medio, la 'semana trágica', que tanta huella dejó en la sociedad barcelonesa.

De esas tensiones sociales había hablado Mendoza en 'La verdad sobre el caso Savolta', ambientada en los primeros años del siglo XX, que refleja el enfrentamiento entre una burguesía triunfante y despiadada y una clase obrera guiada por un pujante movimiento anarquista. Muchos rincones de la ciudad (el Liceo, la Vía Layetana, la Rambla...), sobre todo los que en aquellos años eran el centro vital de la misma, tienen una gran presencia en el texto.

En 'Mauricio o las elecciones primarias' ya aparece la Barcelona de los ochenta, una ciudad que se prepara para dar el salto que supusieron los Juegos Olímpicos. En esos juegos aterriza el extraterrestre que protagoniza 'Sin noticias de Gurb'. Él contempla con perplejidad cuanto sucede en las calles, los preparativos para la cita deportiva, el ambiente social, los negocios que florecen en los márgenes del espectáculo... Y luego están las novelas de la Ciudad Condal actual, como 'El secreto de la modelo extraviada', en la que el detective desastroso y anónimo de muchos de sus títulos recorre el ensanche de la urbe, sus amplias avenidas y ramblas, mientras de fondo suena el ruido del 'procés'.

Pero no solo Mendoza describe con detalle su ciudad. Barcelona es una de las urbes favoritas de los escritores así que muchos otros lo han hecho antes. Y hay quien lo sigue haciendo. Por hablar solo de libros publicados en los dos últimos años, la Barcelona de la Exposición Universal de 1888 define un escenario gótico y por momentos terrorífico en 'El secreto de Vesalio', de Jordi Llobregat. Seguramente nunca se ha visto una ciudad tan oscura y amenazante en torno a la Ciudadela, donde se celebró la Expo y lugar de partida habitual de las manifestaciones independentistas.

Guillem Martínez dibuja una ciudad en ruinas en '¡Quemad Barcelona!', que parte de una historia real acontecida en los días previos a la caída en manos del ejército de Franco. Las avenidas más transitadas y los edificios y monumentos más célebres tienen un aspecto espectral en esta novela que no es bélica aunque numerosos personajes vinculados a la guerra estén presentes.

Juan Marsé es junto a Eduardo Mendoza el otro gran retratista de la ciudad. En su último libro, 'Esa puta tan distinguida', hay una parte que transcurre en los años ochenta, pero la mayoría de las páginas se centran en un episodio de los cuarenta, ocurrido en el Guinardó, ese distrito que compone el 'universo Marsé' y que ahora ya es irreconocible. No en sus páginas, donde aparecen los viejos cine de barrio con olor a ambientador barato, los bares anclados en el tiempo con clientes derrotados acodados en la barra o jugando interminables partidas de cartas, el tranvía de retirada y el prostíbulo triste.

Algunos capítulos de 'Derecho natural', la recién publicada obra de Ignacio Martínez de Pisón, también discurren en las proximidades del Guinardó, pero en este caso en los años setenta, cuando el barrio ya había comenzado a transformarse pero era aún modesto, irregular y combativo.

Muy distinta es la Barcelona de 'El informe Casabona' de Sergio Vila-Sanjuán. Aquí, un periodista cultural debe indagar en la vida de un conocido empresario que ha muerto de forma repentina dejando una parte de su fortuna a una fundación destinada a fomentar la ética en los negocios. La Barcelona más burguesa y modernista, la 'ciudad de los prodigios' que 125 años después sería la heredera de aquella que organizó la Exposición Universal, desfila por sus páginas, en una ruta que discurre por la Plaza Cataluña, el Paseo de Gracia, la Diagonal, Pedralbes, Sarriá y los enclaves más caros y lujosos de la ciudad. Hay muchas Barcelonas, y todas están en los libros.

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