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Los furtivos matan 25.000 elefantes en un santuario de Gabón en diez años

«Con menos de 100.000 individuos en África Central, esta especie está en peligro de extinción si los Gobiernos y las agencias de conservación no actúan rápido», advierte John Poulsen, ecólogo de la Universidad de Duke

L. A. GÁMEZ

Martes, 21 de febrero 2017, 00:50

Los furtivos han matado en diez años 25.000 elefantes de selva en el santuario de Minkébé, en Gabón. «Con menos de 100.000 individuos en África Central, esta especie está en peligro de extinción si los Gobiernos y las agencias de conservación no actúan rápido», advierte John Poulsen, ecólogo de la Universidad de Duke y de la Agencia de Parques nacionales de Gabón. Él y sus colaboradores revelan en la revista Current Biology que la población de estos proboscideos es hoy en Minkébé, la principal reserva de la especie, un 80% menor que en 2004.

El elefante de selva africano (Loxodonta cyclotis) es más pequeño que el de sabana (Loxodonta africana). Su altura media en la cruz ronda los 2,5 metros y su peso las 2,7 toneladas, frente a los 3,3 metros y 6 toneladas de su pariente de espacios abiertos. Se consideraba hasta 2010 una subespecie del segundo, pero, según la genética, ambos grupos divergieron entre hace 2 y 7 millones de años. Por eso en la actualidad se habla de dos especies.

Los investigadores calcularon hace dos años el número de elefantes del santuario gabonés, de 7.570 kilómetros cuadrados, a partir del estiércol. Al comparar sus cifras con las de un estudio similar de 2004, vieron que la población se había reducido en un 80%, en más de 25.000 individuos. Según un modelo, los 32.851 elefantes que había en 2004 cayeron hasta 7.370 en 2014; según otro, en esos diez años se pasó de 35.404 individuos a 6.542.

Caza transfronteriza

«El Parque Nacional de Minkébé tenía en el cambio de siglo la más alta densidad de elefantes de África Central, y se consideraba un santuario crítico para el elefante de selva por su relativo gran tamaño y aislamiento», explican los científicos en Current Biology. Pero el espacio protegido ha demostrado no serlo tanto. «No podemos seguir pensando que las aparentemente grandes y remotas áreas protegidas conservarán las especies: los furtivos van allí de donde pueden sacar beneficio», dice Poulsen.

Su estudio demuestra de hecho que, aunque parte del furtivismo tiene su origen en Gabón, la mayoría de los cazadores de Minkébé proceden del vecino Camerún. «El número de elefantes al sur del parque, a 58 kilómetros de la gran carretera gabonesa más próxima, se ha reducido algo. En comparación, las zonas norte y central de la reserva, que en un punto está a solo 6,1 kilómetros de la carretera nacional de Camerún, se han vaciado», destaca el ecólogo. Para salvar a los elefantes de selva de África Central, él propone áreas multinacionales protegidas y la presión internacional sobre los países que todavía miran para otro lado.

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