Cuatro perros atacan y muerden a una mujer mientras hacía deporte en El Vivero

Sola y arrinconada, empezó a gritar pidiendo auxilio pero en ese primer momento nadie respondió. Pese al pánico y al dolor que las mordiscos le causaban, la mujer recordó que llevaba el móvil encima y, sin perder un instante, llamó a la Ertzaintza para pedir socorro e indicarles su paradero. Consciente de que los agentes no llegarían a tiempo, continúo gritando e intentado librarse del ataque.

La suerte se puso finalmente de su parte porque sus gritos fueron escuchados por dos hombres que pasaban por la zona. «Vinieron a ayudarme con palos para ahuyentar a los perros. Si no llegan a aparecer me comen», asegura aún con el susto en el cuerpo. A la zona también acudió una pareja de paseantes. «Me contaron que no era la primera vez que ocurría algo así con estos animales», lamenta.

Poco después llegaba la Policía autonómica y con ellos, una ambulancia que trasladó a la víctima al hospital de Galdakao donde le curaron numerosas dentelladas y arañazos en piernas y glúteos. «Ninguna de las heridas es de gravedad. No sé cuantos mordiscos me dieron pero fueron muchos», admite dolorida. «Ahora, estoy de baja pero tengo miedo de que vuelva a ocurrir lo mismo. Y más sabiendo, que no es la primera vez», confiesa la chica, que interpuso una denuncia. Poco después de los hechos, la Policía Municipal identificó al dueño de los canes, un varón de 34 años al que se le han abierto diligencias como investigado, según ha podido confirmar EL CORREO.

El entorno en el que ocurrió el incidente es un espacio por el que diariamente transitan decenas de ciclistas, corredores, senderistas, pero también, familias. «Los dueños de los perros tienen que responsabilizarse y llevarlos atados, porque estas cosas pueden tener consecuencias mucho más severas. Si en mi lugar hubiesen atacado a un niño, no sé qué le podría haber pasado», advierte. «Parece que los que tenemos que andar con mil ojos somos los viandantes y no los propietarios de los animales. Algunos te miran mal incluso cuando les pides que los aten», critica.