Las paredes de Ondarroa desbordan arte

Existen edificios que por su antigüedad, estilo o patrimonio son considerados una obra de arte. Pero también hay bloques de viviendas que no poseen ninguna de esas cualidades, hasta que una fachada se convierte en un lienzo para crear. Es lo que ha sucedido en Ondarroa. En concreto, en el popular barrio de Kamiñazpi, en el que varios inmuebles de pisos han pasado a formar parte del primer museo urbano de la comarca de Lea Artibai.

La idea de poner en valor la barriada más habitada de la localidad costera –en la que viven alrededor de 2.000 vecinos– y mostrar a los visitantes algo más que el casco histórico y el entorno de la playa ha resultado del agrado de los residentes de las casas más fotografías de los últimos días. «Estamos encantados», aseguran desde varios portales, Begoña, Mari Carmen e Itziar.

«Desde que nos comentaron la idea, nos pareció muy bonito, pero es que el resultado ha sido aún mejor de los esperado», indican. «Además de embellecer el bloque, para nosotros, tiene un importante valor social, porque las tres piezas están vinculadas con el mundo del mar, retratan gente sencilla y trabajadora, como los que vivimos aquí», recalcan las propietarias de unas de las 304 viviendas de renta limitada construidas por el Instituto Social de la Marina en la década de los años 60 para dar cobijo a los numerosos marineros que acudían a Ondarroa atraídos por la actividad de su entonces boyante puerto pesquero.

Precisamente, para empaparse de la esencia y del carácter que siempre han marcado al barrio, el Consistorio, que ha promovido la iniciativa, ha facilitado los medios técnicos y la residencia artística de los autores durante varias semanas en el municipio bajo la dirección de Lian Monserrate, la firma que figura como Murales Lian en la archiconocida 'Saregileak' –'Rederas'–, situada en el top 3 de entre los 100 mejores grafitis del mundo de 2022, elegidos por Street Art Cities, una comunidad consagrada a promover el arte en la calle a nivel internacional.

«Con las manos de las rederas quería transmitir el trabajo, esfuerzo y la unión, y por eso la red es el único elemento en color, son las manos de todas las mujeres trabajadoras, humildes, pero diestras», asegura la autora de nacionalidad americana, pero asentada en Cataluña, que inauguró el museo en el que se proyecta incorporar hasta quince murales.

Justo enfrente, en la pared lateral del bloque número 31, ha volcado su creatividad la artista holandesa, Djoels, que el pasado año también figuró entre las cien mejores del mundo y que es conocida en el mundo del grafiti por el realismo de sus retratos como el del hombre que repara con sus manos una pequeña nave dibujado en Kamiñazpi. «Me gusta pintar en la calle porque todo el mundo puede verlo», indica.

Dos portales más abajo, en el número 35, el canario 'Sabotaje Al Montaje', el nombre artístico con el que firma Matías Mata, un grafitero canario reconocido internacionalmente por llevar 29 años pintando paredes, muros y fachadas de medio mundo, ha llenado de colorido la entrada al municipio.

Bajo el título 'Las entrañas de la memoria', ha trabajado con fotos del archivo históricos para representar el matriarcado «y el trabajo de las mujeres en este pueblo pescador, con los colores de Euskal Herria», ha difundido en sus redes sociales donde también ha destacado «el cariño del barrio con el que he compartido esta experiencia».

Para los vecinos, una de las mejores maneras de apreciar esta modalidad de arte «y no perder ningún detalle es verlos de cerca, a pie de calle, porque además de impresionar por su tamaño y perfección, emocionan», recalcan.

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