Casi la mitad de las personas que viven solas en Lea Artibai tienen más de 65 años

De hecho, los últimos datos recogidos por el Eustat reflejan que entre un 40 y 45% de los ciudadanos de la zona que no residen con nadie cuentan con más de 65 años. La mayoría son mujeres. «Ante este panorama, desde el área de Bienestar Social no podemos dejar de intervenir y trabajar con ellos sobre todo conociendo las consecuencias que provoca tanto en la salud física como emocional», recalca Goitia.

Un estudio reciente realizado por La Caixa destaca que esa situación de aislamiento repercute no solo en el estilo de vida, sino también y de manera significativa en el bienestar psicológico, desembocando en problemas de hostilidad, resentimiento, depresión, tristeza y ansiedad.

«Si es mujer, viuda y mayor de 80 años, el perfil es más vulnerable aún», destaca. El servicio de asistencia a domicilio ha atendido en los últimos años una media de más de 200 unidades de convivencia. La mayoría son mujeres.

Otro de los ejes de actuación de la entidad mancomunada en ese ámbito son las ayudas de emergencia social. Las AES son prestaciones económicas para cubrir gastos concretos ordinarios o extraordinarios de cara a prevenir, minimizar o evitar situaciones de marginación social.

Entre los gastos que pueden ser cubiertos figuran los relativos al alquiler, los desembolsos relacionados con el disfrute y mantenimiento de la vivienda o alojamiento habitual como agua, alcantarillado o el IBI, así como el pago de la factura de la luz y del gas.

«En 2021 se atendieron 516 solicitudes y en estos seis primeros meses se han considerado 353 peticiones, principalmente subvenciones para gastos del hogar», indicó el presidente de la Mancomunidad. El número de beneficiarios ha aumentado de manera notable a consecuencia de la pandemia. De hecho, en 2017, estas ayudas fueron solicitadas por 203 personas.

En materia de educación social, la Mancomunidad está interviniendo en solventar algunas de las causas que pueden generar problemas de exclusión social. «Por otro lado, los educadores además de trabajar con los jóvenes en las clases, han dado un salto y se está asumiendo su presencia en la calle».

Entre las cuestiones que se abordan figuran la prevención del consumo de drogas, las consecuencias de la dependencia de las apuestas deportivas y la gestión de las emociones, entre otros asuntos. «Los retos de los Servicio Sociales pasan por hacer frente a todas esas necesidades y hacerlo con la mayor calidad posible», señaló Goitia.