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Iratxe Astui
Gernika-Lumo
Miércoles, 23 de abril 2025, 17:02
La memoria y el arte se han vuelto a dar de la mano en Gernika en el marco del 88 aniversario del brutal ataque aéreo perpetrado contra la villa foral, por la Legión Cóndor alemana, el 26 de abril de 1937. En ese contexto, precisamente, el Museo de la Paz de la simbólica localidad ha inaugurado una nueva exposición en la que el artista madrileño Fernando Sánchez Castillo ofrece «distintas miradas sobre la construcción y destrucción de símbolos», además de proponer «una revisión del lenguaje asociado a la paz, la memoria y el poder».
En el centro de la muestra, comisariada por Manuela Pedrón y Jaime González y que se podrá visitar hasta finales de septiembre, destaca la instalación de una bandera blanca; «la más grande de España», puntualiza el autor de la exposición. La pieza, de hecho, cuenta con una dimensiones de 21,18 más 14 metros, por lo que supera incluso a la conocida enseña nacional que ondea en la Plaza de Colón de Madrid. Más allá de destacar por su tamaño, no obstante, la inmensa tela blanca que centra la instalación, acompañada de un video, «no es solo signo de rendición», aclara Sánchez Castillo.
«Es como un lienzo en blanco, neutro, y significa soñar con otras formas de convivir», explica a continuación. La inmensa tela es asimismo un homenaje íntimo a los supervivientes del bombardeo de Gernika. «Mide algo más que la de Colón y esa diferencia es la que corresponde a la medida –14 centímetros– del palmo de Crucita Etxabe, que sobrevivió al ataque del 26 de abril de 1937». El artista sueña «con verla ondear algún día en Gernika, porque este pueblo es símbolo por excelencia de la paz». Para lograrlo, sin embargo, haría falta «una gran grúa» como ya sucediera en Madrid. «Hay gente dedicada a la construcción que se ha ofrecido a hacerlo posible», celebra, por otro lado.
La exposición cargada de símbolos transformados y «resignificados» contiene también una instalación realizada con los restos del polémico yate 'Azor' del Franco, que el propio artista adquirió para, después de que fuera desguazado y comprimidas sus piezas, transformarlo «en una escultura de 58 cubos», que se exponen en Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear de Cáceres. «Picasso se valió de la técnica del cubismo en su cuadro 'Guernica' y yo conseguí un objeto histórico para, a través de las técnicas artísticas contemporáneas de la reconstrucción y compresión, poder mostrarlo en diferentes ciudades europeas que tuvieran alguna relación simbólico con la paz», señaló. «Es una manera de demostrar que el arte es capaz de transformar símbolos del pasado, como este juguete del dictador Franco, con nuevas obras con las que se pueden convivir mejor».
La muestra recrea también las estructuras defensivas que protegieron monumentos en Madrid durante la Guerra Civil y exhibe en un balcón del exterior del Museo de Paz un detalle que puede pasar desapercibido, casi como un garabato. «Es una lámpara que reproduce en código morse la carta que el sacerdote Alberto Onaindia envió al cardenal Gomá, en abril de 1937, relatando la brutalidad del bombardeo de Gernika y denunciando las mentiras difundidas por la propaganda franquista», apunta el artista.
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