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Iratxe Astui
Gernika-Lumo
Martes, 28 de enero 2025, 15:47
Los colectivos ecologistas Eguzki y Ekologistak Martxan han presentado un recurso contencioso-administrativo ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) contra la resolución adoptada por la Agencia Vasca del Agua (URA), para la reducción provisional de los caudales ecológicos del río Oka, en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai.
La decisión aprobada en mayo del pasado año ha sido de nuevo duramente criticada por ambas organizaciones, que advierten que traerá consigo «graves» consecuencias para la fauna, flora y ecosistemas del río Oka y sus afluentes -Mape y Golako- del área protegida.
Según defiende el colectivo ecologistas el caudal ecológico es el mínimo necesario para mantener el equilibrio natural de los ríos, «por lo que su reducción en la zona de Busturialdea, que ya cuenta con problemas de abastecimiento para la población, supone una clara amenaza a la biodiversidad», alertan. Los ecologistas denuncian asimismo que la medida «no respeta normativas como la Ley de Protección de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai o los convenios internacionales Ramsar, que priorizan la conservación de los ecosistemas en humedales protegidos como Urdaibai», subrayan, asimismo.
En este sentido, insisten en que «es inadmisible que tomen esa medida cuando en 2020 ya realizaron captaciones de más y dejaron el Mape totalmente seco», aseguró Javi Vázquez, miembro de Ekologistak Martxan. Este precedente llevó incluso a la apertura de una investigación contra el antiguo Consorcio de Aguas de Busturialdea, ahora integrado en el Consorcio de Aguas de Bilbao Bizkaia.
Además, los grupos ecologistas critican la «falta de transparencia y rigor» en la toma de decisiones. Señalan la «escasa entidad» del informe presentado por el Consorcio de Aguas, centrado únicamente en los aforos de agua, «sin considerar otros factores esenciales para los ecosistemas fluviales, como la calidad del agua, la vegetación de ribera o la presencia de captaciones ilegales».
Desde URA, por el contrario, defienden la medida argumentando que los datos actuales permiten ajustar los caudales mínimos sin comprometer el buen estado de los ríos. «No se van a quedar secos», aseguraron en su momento.
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