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IRATXE ASTUI
Jueves, 6 de agosto 2020, 15:18
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El grupo ecologista Eguzki ha lamentado un verano más la presencia de barcos arrastreros irlandeses en la costa vasca. «Hemos llegado a contabilizar hasta siete buques de este tipo, aunque probablemente el total de barcos sea superior», han señalado desde este colectivo.
El pasado domingo por la tarde, sin ir más lejos, los ecologistas detectaron de nuevo la descarga de pescado capturado mediante redes pelágicas. «Unos de los arrastreros nos ofreció el 'espectáculo' de introducir en el muelle un hermoso pez espada ensangrentado, con la aleta dorsal rota, como si le hubiera pegado una paliza a consecuencia de este cruel sistema de pesca», criticaron.
La pesca con redes pelágicas está prohibida por las respectivas administraciones tanto de España como de Euskadi, al calificarse como un arte para la captura de pescado «muy destructivo». Una vez extendidas en el agua, «atrapan y arrastran todo lo que se pone en su camino y genera mucho descarte», explican desde Eguzki. «Pueden tener una boca del tamaño de un campo de fútbol por lo que no solo atrapan la especie objetivo y comercial, sino que también las no comerciales y protegidas como tortugas, delfines e incluso ballenas», detallan.
El grupo ambientalista subraya en este sentido que, «muchos de los ejemplares capturados son devueltos al mar, pero ya muertos». Por el contrario, Eguzki destaca que, al contrario que los barcos arrastreros franceses e irlandeses, los pescadores del Cantábrico «utilizan artes de pesca artesanales como la cacea, con lo que pescan los bonitos de uno en uno, evitando los descartes», defienden.
El colectivo ecologista reitera también su petición para que las correspondientes administraciones demuestren «más compromiso» en el control de esta actividad pesquera «ilegal». «Entendemos que con os descartes, cuotas, avisos previos de descarga y pasos de lonja deberían ser más rigurosos», insisten. Eguzki lanza también un mensaje a los consumidores en aras de apoyar las formas de pesca sostenible. «Hay que informarse para saber qué es lo que compramos y por qué producto estamos pagando los que abonamos cuando adquirimos una lata en conserva», recomienda Eguzki.
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