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Mirari Artime
Viernes, 17 de enero 2025, 15:45
La pasarela giratoria de Ondarroa, conocida popularmente como el puente de la playa, tiene cita para su primera revisión en profundidad desde que luce restaurada. La Diputación ha programado para este otoño el inicio de las inspecciones subacuáticas de la estructura que correrán a cargo de buzos con el objetivo de revisar el estado en el que se encuentra su parte menos visible.
«Se comprueba que las cimentaciones no han sufrido asientos o giros, y que no existe socavación ni desprendimiento de los sillares –los bloques que dan robustez a la construcción– que puedan afectar a la seguridad de la pasarela», han señalado desde el departamento de Infraestructuras y Desarrollo Territorial de la institución foral.
El reconocimiento se completará con una inspección integral la estructura, que se realiza anualmente, en el que, entre otros aspectos, se medirán holguras en los mecanismos, además de comprobar los asientos de los rodillos, elementos principales de cara a soportar el peso de las piezas.
«También, se revisa la parte convencional del puente, verificando que no haya fisuras o deformaciones en las piezas metálicas, y que todos los bulones y tornillos estén perfectamente apretados», indican las mismas fuentes. La revisión incluye el visto bueno a otros elementos como el pavimento y las barandillas.
Uno de los objetivos de la Diputación es mantener la operatividad del giro de la pasarela, uno de los rasgos que distinguen al puente. «Por ese motivo, todos los meses se abre y cierra para comprobar el correcto funcionamiento de los enclavamientos –uniones entre los semivanos móviles– y mecanismos de giro, aprovechando para engrasar las partes móviles según las especificaciones del proyecto», añaden.
«Gracias a las labores de inspección, los desperfectos se detectan y reparan cuando su alcance es pequeño y no comprometen la seguridad», recalcan. Estas reparaciones incluyen el repintado de la pasarela, la reposición puntual del pavimento, las reparaciones de las barandillas, además de la limpieza general de la pasarela.
El puente de la playa fue sometida a una restauración integral entre los años 2020 y 2021. Durante la obra se renovaron los mecanismos y se recuperó el sistema de engranaje que permite el accionamiento manual original.
También se reforzaron los perfiles metálicos que presentaban daños, se pintó por completo y se renovaron todas las instalaciones. El importe de los trabajos alcanzó los 900.000 euros.
«Una vez entregada la obra, el departamento foral de Infraestructuras y Desarrollo Territorial ha reforzado los trabajos de inspección y mantenimiento de la misma por su singularidad», han manifestado.
El puente está protegido como Bien Cultural, con la categoría de Monumento, en el Inventario General del Patrimonio Cultural vasco y es uno de los elementos más singulares y «queridos» por los vecinos del municipio costero.
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