El descenso de familias de acogida obliga a Ondarroa a preparar un albergue para 15 niños saharauis

«Aunque el número de niños acogidos dentro del programa 'Vacaciones en paz' ha ido creciendo, con las familias interesadas ha sucedido justamente lo contrario. Así que ya desde el pasado verano planeamos habilitar un albergue para acoger a una quincena de chavales durante dos meses», explican responsables de la asociación Yaalah. «Contamos con la implicación de numerosos ayuntamientos de Lea Artibai, pero necesitamos voluntarios para construir entre todos una gran familia con la que desarrollar la iniciativa», añaden.

De hecho, para garantizar su funcionamiento buscan personas para trabajar de manera desinteresada como cocineros y monitores en turnos semanales, acompañados por dos responsables de la asociación. En el momento de la inscripción, los interesados tendrán que rellenar un formulario. Entre los requisitos exigidos figuran ser mayor de 16 años, compartir los objetivos del proyecto, tener facilidad para tratar con los niños y respetar las costumbres, religión y cultura de los menores refugiados.

También han puesto en marcha un crowdfunding en la página www.itsulapikoa.eus. «A la vista de la dimensión y de las necesidades que se nos plantean necesitamos ayuda individual para llegar a completar los presupuestos que manejamos. Con poco se puede hacer mucho», recalcaron desde la agrupación Yaalah de Ondarroa. La operación «es completamente segura y a cambio de la aportación recibirán un pequeño detalle», indicaron. El presupuesto necesario ronda los 36.600 euros.

«A estos niños, que proceden de Tinduf, una de las zonas desérticas más duras y calurosas del planeta, que en época estival llega a alcanzar los 50 grados de temperatura, les beneficia enormemente pasar el verano en Euskadi con el clima que tenemos», argumentan. En esas condiciones residen alrededor de 56.000 menores de 14 años, de los que el 30% sufre déficit de crecimiento como consecuencia del clima y la falta de comida.

Durante su estancia en el albergue de Ondarroa, los chavales recibirán una adecuada alimentación, abordando especialmente la falta de vitaminas y proteínas que sufren en los campamentos. También se beneficiarán de cuidados médicos y dentales tanto de manera global como específica a cada niño. «En todos los casos, los menores podrán dejar de lado las necesidades más básicas y vivir las sensaciones de divertirse, disfrutar y ver e incluso bañarse por primera vez en el mar».