Madalenas en Elantxobe

Bermeo y Elantxobe se zambullen en la fiesta

Un documento fechado 1422 recoge la cesión de la isla de Izaro a los padres Franciscanos por parte del Concejo de Bermeo. Los cronistas calculan que fue en aquella época cuando se originó un rito que sigue vivo seis siglos después: el lanzamiento de la teja con el que se simboliza hasta dónde llegan los dominios de la villa marinera y hasta dónde los de Elantxobe. Aquel hecho histórico es el origen de la que es una de las fiestas más populares en toda Urdaibai, las Madalenas. La juerga ha arrancado el mediodía de este sábado y ya no hay quien la pare.

Fieles a la tradición, miles de personas de todas la edades visten las mejores galas, de azul mahón y con el pañuelo de arrantzale en el cuello. La jornada se ha empezado a vivir desde primera hora.

Las Madalenas son una fiesta marinera y es en la mar donde se viven algunos de los momentos más emocionantes de la jornada. La procesión desde el puerto hasta Izaro ha estado integrada por decenas de embarcaciones que acompaban al 'Hegaluze', el barco que trasladaba a las autoridades. Los irrintzis y las bocinas han compartido protagonismo con las bandejas de pintxos de las que daban buena cuenta los pasajeros de varias naves.

José Ignacio Mauri y Jesús Madariaga son dos de las personas que han sido invitadas este año a subir al 'Hegaluze'. Ellos son integranes del grupo de voluntarios que cuida la ermita de San Juan de Gaztelugatxe. «Este es es un día muy especial para la gente de Bermeo. La tenemos mucho cariño, aunque ya no es como cuando éramos niños. Ahora viene mucha más gente de todos sitios, incluso de Bilbao. Pero sigue siendo muy nuestra, porque es un día en el que marcamos los límites de Bermeo», explican.

Como cada año la responsabilidad de reivindicar la propiedad del islote recae sobre la persona que ostenta el bastón de mando en el Ayuntamiento. En esta ocasión la teja la ha lanzado Nadia Nemeh , la nueva alcaldesa de Bermeo. «La teja de este año es roja pero incluye el resto de colores que hay en Bermeo. El verde de la naturaleza y el ecologismo, el azul del mar y los arrantzales, el morado de la diversidad de sexos y el feminismo… en ella los que no entran son los colores de la intolerancia ni los de cualquier tipo de ataque. Hoy es día para disfrutar todos en libertad», ha indicado la regidora.

Ya junto a Izaro, y rodeada de numerosas embarcaciones repletas de gente, la alcaldesa ha arrojado la pieza al agua y ha proclamado solemne: «Honaino heltzen dira Bermeoko itsugiñak (Hasta aquí llegan las goteras de Bermeo)». La teja de este año ha sido elaborada con los restos de la cubierta del antiguo convento en el que vivían los franciscanos en la isla. Era la señal que marcaba el punto álgido de una fiesta que se prolongará hasta bien entrada la madrugada.

Desde Izaro la procesión marítima se ha desplazado hasta Elantxobe, el otro gran punto neurálgico de la fiesta, junto a Mundaka. Miles de personas disfrutan de la jornada en el entorno del puerto. El que la cita se celebre en sábado ha hecho que acudan muchos más asistentes que en los años anteriores. Allí el alcalde Patxi Egurrola ha cedido el bastón de mando por un día a la regidora de Bermeo.

Una de las principales preocupaciones de este año es que se produzcan agresiones machistas. El ayuntamiento de esta pequeña localidad costera ha colocado una gran pancarta en la zona portuaria con un número de teléfono al que pueden llamar las mujeres que sufran uno de estos ataques para recibir asistencia. También hay féminas por la calle con un pañuelo morado en el brazo como distintivo para asistir a aquellas víctimas que necesiten algún tipo de atención.

En el puerto disfrutaban de la jornada Marta Díez-Heppe junto a sus amigas Inés y Lucía. «Las Madalenas son la fiesta del verano», aseguraban estas bilbaínas que pasan el verano en Sukarrieta. «Este año ha venido mucha gente. Se nota que han caído en sábado y que hace muy buen día», valoraban.

Como expertas en esta fiesta daban consejos de lo que no puede faltar para vivirla a tope. «Hay que traer crema y gafas de sol, venir con muchas ganas de pasárselo bien y que no falte algo para beber». En su caso la estrella es la sangría. «Hacemos competición para ver a quién le queda más rica», bromeaban.

Otro de los que no se ha perdido la fiesta en Elantxobe ha sido Alex Sardui, cantante de Gatibu. Natural de Gernika, disfrutaba de la jornada junto a varios amigos llegados de Santurtzi y Zierbena. «Llevo 40 años viniendo. Intento no faltar por nada del mundo. Es una fiesta muy buena. Sencilla y muy divertida», destacaba el vocalista de unas de las bandas vizcaínas de mayor éxito en la actualidad.

• Temas
• Elantxobe
• Bermeo