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Los balcones de Gernika se llenan de velas por la paz
La villa foral se rebela contra el olvido en el 83 aniversario del bombardeo y resalta que «la memoria histórica es el mejor camino hacia la reconciliación»
julen ensunza
Gernika
Domingo, 26 de abril 2020
El coronavirus no ha conseguido nublar la memoria histórica en Gernika, ni difuminar los mensajes en balcones y fachadas a favor de un mundo en paz con motivo del 83 aniversario del bombardeo de la villa foral por parte de la Legión Cóndor alemana. La pandemia ha obligado a simplificar los actos conmemorativos –cinco en total durante la jornada–, pero poco más. El clamor en contra de las guerras, en forma de imágenes del 'Guernica' de Picasso en las fachadas, junto a ikurriñas con crespones negros, banderas a media asta en el Ayuntamiento y encendido de velas hace unos minutos en los balcones ha sido igual de contundente. Han cambiado las formas no el contenido.
De hecho, cientos de gernikarras han salido al exterior con linternas, candelas y teléfonos móviles pese a la lluvia para alumbrar «un mundo en paz y que hechos como los ocurridos hace 83 años no vuelvan a repetirse», recalcaron desde varias viviendas de la villa foral. La imposibilidad de realizar la manifestación silenciosa con velas por las calles como es habitual debido al estado de alarma no ha restado emoción a la iniciativa.
«Gernika se rebela contra el olvido porque la recuperación de la memoria es el camino hacia la paz y la reconciliación. Hemos recordado a los que fueron asesinados hace 83 años, pero el mundo sigue lleno de conflictos. Me entristece que los supervivientes no hayan podido realizar su ofrenda», resaltó horas antes el alcalde, José Mari Gorroño, al término del homenaje llevado a cabo a las víctimas del ataque aéreo en el cementerio. Este ha sido su primer acto oficial desde que salió del hospital el pasado día 17, tras 21 días ingresado por coronavirus.
Junto al regido, solo tres concejales más, todos con mascarillas y guantes y guardando en todo momento la distancia de seguridad. Un imagen de vacío y soledad que contrastaba con la de años anteriores, en los que el camposanto estaba lleno de delegaciones de distintos puntos del planeta. El Covid-19 manda. Ni siquiera hubo el tradicional responso. Únicamente una gran corona blanca, un aurresku y el tañido acompasado de la campana de la desaparecida iglesia de San Juan como melodía de fondo.
Poco antes (15.45), otro sonido, el de la sirena de la fábrica de Astra se encargó como cada año de anunciar a los vecinos el inicio de cuatro minutos de silencio, en coincidencia con la aparición sobre el cielo de la villa, aquel fatídico 26 de abril de 1937, de los aviones alemanes. Y los guerniqueses, asomados muchos de ellos a los balcones, se estremecieron al rememorar el horror. Por la mañana, la localidad también homenajeó al que fuera alcalde de la época, José de Labauria, así como al periodista George Steer que dio a conocer los hechos al mundo.
Asimismo, la Euskal Etxea de Berlín también ha celebrado esta mañana, en la 'Gernika Platz' de la capital alemana, un emotivo acto para reordar el aniversario del bombardeo de la villa foral. La cita, que ha contado con una ofrenda floral y música en vivo, ha reunido a cerca de una quincena de personas.