Un corazón de las telecomunicaciones en Bilbao

Tejeira está en una gran sala repleta de ordenadores, en la que solo hay dos personas. En una situación normal aquí trabajarían 60, por turnos. Pero «a causa de la pandemia, la mayor parte del equipo teletrabaja desde casa», aclara. En una pantalla se ven iconos de diferentes colores clasificados por letras. Lo que para el visitante casual es un jeroglífico indescifrable, es interpretado por el equipo del centro como «un mapa de España». Cada icono «representa a una instalación de Telefónica» y el estado en el que está al momento. «El objetivo de nuestro trabajo es fácil de entender. Se trata de que no se interrumpan las comunicaciones». El principal punto débil suelen ser los fallos de la red eléctrica. Si se dan, «hay que hacer que todo siga funcionando sin interrupciones».

En este sistema «se generan una media de dos millones de alarmas al mes», la mayoría «cosas menores», rebaja el coordinador del centro. Casi siempre lo soluciona un automatismo. «Otras veces se arregla a distancia». Buena parte de estas instalaciones están automatizadas. Por ello, en el peor de los casos, «hay que enviar a alguien al centro donde se ha dado la incidencia. Si es necesario, a un equipo que instale un grupo electrógeno nuevo, aunque sea en la punta de un monte en plena ventisca. A veces hemos tenido que recurrir a la UME para ello».

Mientras Tejeira lo explica, en la pantalla un icono cambia de color. «Una alarma roja, es urgente». Es una central en Valencia. De ese edificio «dependerán el ADSL, la cobertura de móvil y otros servicios de miles de clientes». Pero la incidencia «no significa que se hayan quedado sin ellos». Todos los sistemas están duplicados. Probablemente, los clientes ni se enteren de la avería ni de su solución, que ya se gestiona desde Bilbao.

El último desafío para este equipo ha sido la borrasca 'Filomena'. Con todos los efectos catastróficos que ha producido, «a nosotros nos ha causado menos problemas que 'Gloria', la borrasca de enero de 2019, gracias a lo que aprendimos de aquella». Eso sí, 'menos' problemas han sido «3.000 incidencias en cuatro días».