Consumo de proximidad
La salida a esta crisis, es el diagnóstico general, debería pasar por que los consumidores se acerquen a las tiendas más cercanas
Preocupación es la palabra con la que Isabel Muela, viceconsejera de Comercio y Turismo del Gobierno vasco, define el futuro: «El turismo no volverá a ser lo que era y ya veremos cómo queda el comercio. Lo mejor, cuando volvamos a la normalidad, es que todos tratemos de consumir en los establecimientos cercanos». Cada día habla con hoteleros, comerciantes y asociaciones del sector. De cuando en cuando, se acerca a las oficinas que Basquetour tiene en Bilbao, desde donde contacta con la ministra del ramo, con quien prepara los protocolos y estímulos que tendrán los diferentes gremios cuando se supere la pandemia.
Pedro Campo, presidente de Cecobi y miembro de las juntas directivas de CEOE, Cepyme y Confederación Española de Comercio, asegura que «esto va a ser muy duro para muchos comercios. Hasta que no se encuentre la vacuna, habrá que hacer sacrificios muy importantes». Gran parte de su tiempo lo dedica a hablar con la plantilla de Cecobi, entidad que ha lanzado un vídeo en el que anima a la gente a consumir en los comercios más próximos.
Marta Uriarte, directora del Puente Bizkaia, que funciona de manera ininterrumpida las 24 horas, asegura que, «aunque el golpe es tremendo, entendíamos que debíamos seguir dando el servicio». Ocupa sus días en trabajar, cocinar... y en pensar sobre cómo saldremos de esta situación.
Txema Vázquez Eguskiza, expresidente de Cebek, presidente de Adype y vicepresidente de la ABAO, dedica las primeras horas de la mañana a leer los periódicos y trabajar. Aprovecha para escuchar ópera y música de los años 70 y 80. Desde las ventanas de su casa, mientras añora una buena caminata por el monte, reflexiona sobre cómo podrá terminarse la temporada de ópera de Bilbao, prevista para finales de mayo: «Quizá, si hay fechas libres, pueda alargarse hasta diciembre».
Carmen Miral, procuradora y presidenta de la Asociación Mujer Siglo XXI, atiende a diario las notificaciones de obligado cumplimiento que manda el juzgado a sus clientes y se dedica a apoyar a las asociadas de la organización que en estos momentos tienen problemas. «Todo esto -reflexiona- va a suponer un cambio de vida total».
Jon Ruigómez, director de Itsasmuseum, que ha vuelto a leer la novela de Julio Cortázar 'Rayuela', dedica su tiempo a actualizar memorias, realizar informes sobre las restauraciones que les ocupan, entre ellas la de la bonitera 'Nuevo Anchústegui', coordinar al equipo del centro y a la red de voluntarios, Erain, que colaboran en el taller de carpintería. También a pensar en el futuro: «A partir de ahora, las experiencias en el museo serán más digitales».