«No me condenen por lo que no hice», ruega Nelson David al jurado
Moreno Bolaños cierra el juicio con un alegato de inocencia, pero la Fiscalía cree «absolutamente acreditado» que mató a un profesor de música ·
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Moreno Bolaños cierra el juicio con un alegato de inocencia, pero la Fiscalía cree «absolutamente acreditado» que mató a un profesor de música ·
Nelson David Moreno Bolaños, el joven colombiano de 25 años acusado de cinco muertes sospechosas de hombres en Bilbao durante el segundo semestre de 2021, ... utilizó el turno de última palabra en el juicio que se sigue contra él en la Audiencia vizcaína por el asesinato de un profesor de música para dirigirse al jurado. Es la primera vez, aunque no será la última que se enfrente a un grupo de ciudadanos encargados de juzgarle. «Que me condenen por lo que he hecho, no por lo que no he hecho», pidió en una breve intervención. Aludía en ese sentido a las acusaciones pública, particular y popular, que le imputan delitos de homicidio, hurto y estafa por apropiarse de la tarjeta de la víctima y desvalijarle las cuentas, además de llevarse su ordenador portátil. Piden para él entre 16 y 30 años de prisión. «Aquí han armado un puzle a su conveniencia», les reprochó Nelson David, que solo admite el hurto.
Con esta alusión terminó el juicio. La próxima vez que se siente en el banquillo, en los próximos días, será para escuchar el veredicto. En la sesión de ayer se presentaron varias pruebas documentales, como la llamada que supuestamente el acusado realizó con el móvil de la víctima, desde su casa y una vez que había fallecido, al BBVA para cambiar las claves y poder así acceder a sus cuentas. Un informe de la Ertzaintza que cotejó esta voz con la de dos declaraciones judiciales de Moreno Bolaños confirma que era él. En el audio se escucha a un hombre, con acento latino, que se presenta como Josu y al que se le escapa un «aló», interjeccion que suele utilizarse en conversaciones telefónicas en algunos países de Sudamérica.
Además, también se mostró el vídeo de la perfumería Arenal de Bilbao donde el acusado, en compañía de dos amigos, compró un perfume por 192 euros con la tarjeta de crédito del fallecido, días después de los hechos. Y se escucharon las dos declaraciones que el sospechoso realizó ante jueces de instrucción, en mayo de 2022, en las que reconoce que los miembros de una supuesta banda, a los que se refiere como 'Maracucho', 'el Jota' y Anthony, «me mandaron desmayar» a una de las víctimas. «Intenté estrangularlo cuando estábamos en el sofá sentados. Le abracé más fuerte y él empezó a gritar y entonces le agredí para intentar salir de esa casa», reconoció ante el magistrado. Por este caso, fue condenado a 10 años de prisión por intento de asesinato, ya que la víctima logró zafarse. Es uno de los dos supervivientes.
Nelson David, vestido con un jersey de color granate, siguió con interés los alegatos de las partes, que solicitan entre 16 y 30 años de prisión para él. La fiscal considera que en la vista «ha quedado absolutamente acreditado» que la víctima «no murió de muerte natural, sino que el acusado le mató», aquel 17 de octubre de 2021 por la tarde en su vivienda del Casco Viejo de Bilbao. El cuerpo presentaba una «erosión de un centímetro en el cuello» y los forenses confirmaron que hay «técnicas de asfixia que no dejan señales», como es la del 'mataleón', «la estrangulación antebraquial o presa cervical», en la que, mediante la presión con la pinza del brazo desde atrás, «deja las carótidas sin riego y el oxígeno no llega al cerebro», explicó.
«Fantasmas»
Para el Ministerio Público, el informe de las celdas telefónicas -espacios geográficos que cubre cada antena- y la llamada al banco confirman que Nelson David «estuvo en la casa entre las 16.00 y las 17.19 horas», cuando «tuvo acceso on line a la cuenta de la víctima y pudo mirar el PIN». La fiscal reprochó que el joven colombiano alegara que «no tiene trabajo y debe solventar su vida y la de sus hijos» para justificar los robos y otros delitos económicos, cuando «se gastaba el dinero de las tarjetas de los muertos viviendo a todo lujo, con fajos de billetes en los bolsillos y llevándose a su novia a los mejores hoteles en el sur de España».
La acusación particular y popular, ejercidas ambas por la asociación LGTBI Gehitu, admitió este lunes que «no existen pruebas directas, sino indiciarias» en su contra. «No hay un testigo que haya visto cómo le mató, ni un vídeo que recoja la escena, ni un arma humeante, pero no cabe otra versión lógica que no sea la de que Nelson David cometió un atentado contra la vida de este hombre y delitos patrimoniales que sólo ha reconocido cuando le venía bien». Tanto para la fiscal como para Gehitu, el relato del acusado «se ha ido ajustando a las pruebas en su contra cuando tenía toda la información y después de mantenerse callado durante dos años», ya que en este procedimiento nunca antes había declarado.
«La versión exculpatoria no es ni lógica ni coherente. No es la primera vez que sale con esta cantinela de que 'Maracucho', 'Jota' y Anthony, tres fantasmas de los que no hay ninguna prueba, lo hacían todo y él se limitaba a poner su foto en Wapo y a sacar dinero en cajeros». «Según los forenses, culpar a otras personas de sus actos va acorde a su perfil psicológico». En la primera jornada, testificó que ejercía como «tarjetero» de una banda, que le entregaba las tarjetas con las claves y el límite para que él sacara dinero, que luego se repetían. La Ertzaintza investigó su entorno, preguntó a 17 testigos, pero no llegó a encontrar a esos individuos. El letrado de la asociación de defensa de los derechos de los homosexuales citó hasta 13 contradicciones en su declaración, comparada con las otras dos que ha hecho en otras causas.
«El asesino perfecto»
La defensa, por su parte, incidió en que «no hay ni una sola prueba que incrimine de forma directa a mi cliente en un homicidio». «No he visto nunca que se condene a alguien sin saber qué ocurrió». Según el abogado, «si alguien está dos horas en un domicilio y no deja ningún rastro, o los ertzainas son muy torpes o estamos ante el asesino perfecto».
En los domicilios de las víctimas, en los que se hicieron las inspecciones varios meses después de los hechos, ya que las muertes fueron consideradas inicialmente como naturales, no se encontraron huellas ni pelos. Esta parte se ha quejado del tratamiento realizado por los medios de comunicación, que le han calificado de «asesino en serie». «Una mentira repetida mil veces, se convierte en verdad», reiteró. «Yo también tengo sentimientos. Soy padre y ciudadano», concluyó.
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María de Maintenant e Iñigo Fernández de Lucio
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