Condenan a 6 y 7 años de prisión al ertzaina 'narco' y a su cómplice
Le castigan también por pedir información de placas de coches policiales a un compañero, que ha quedado absuelto
La Sección Segunda de la Audiencia vizcaína ha condenado a seis años y medio de prisión al ertzaina 'narco', A.S.M., de 52 años, ... y a siete años y medio a su cómplice, D.G.M., de 47, como autores de un delito de tráfico de drogas, en cantidad de notoria importancia. En un registro en su domicilio de Galdakao, sus compañeros de la Unidad de Drogas de la comisaría de Bilbao, encargados de la investigación, localizaron 54 kilos de cocaína de gran pureza, de entre un 65 y un 76%. Según la sentencia, a la que ha tenido acceso este periódico, ambos colaboraban para adquirir la sustancia y después distribuirla en Bizkaia y regiones limítrofes.
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La pena que deberá cumplir el ertzaina es ligeramente inferior debido a que se le aplica una circunstancia atenuante por adicción a la cocaína y al juego. También se le castiga a una multa de 2.000 euros por un delito de revelación de secretos, ya que solicitó información sobre placas de matrículas, algunas de ellas de vehículos policiales, a un compañero, que ha quedado absuelto, al entender que desconocía el destino de esos datos sensibles. La sala rechaza aplicarle un agravante por su condición de funcionario público, ya que entiende que no realizaba la actividad ilícita en el desempeño de su trabajo. En todo caso, la pena lleva aparejada la pérdida de su puesto, pues le prohiben trabajar como miembro de la Ertzaintza. A cada uno de ellos le imponen una multa de tres millones de euros.
Entiende la sala que las alegaciones de los acusados fueron «genéricas» y de naturaleza «exculpatoria» frente a la «contundente prueba de cargo», que permite concluir que se dedicaban al tráfico de drogas.
La Fiscalía Antidroga solicitaba para ellos nueve años de prisión. Según el relato de hechos probados, el caso se inició en noviembre de 2021, cuando la Guardia Civil detectó una posible conducta irregular de este ertzaina que podía ser objeto de un expediente disciplinario y se lo comunicó a la Fiscalía. Para entonces, la unidad de Asuntos Internos de la Ertzaintza ya manejaba el nombre de este agente vinculado a algún incidente. En 2010 ya estuvo implicado en la sustracción de dinero de varios atestados. Fue interceptado en 2018 en un control en Málaga y los perros adiestrados en detección de drogas marcaron una bombona que llevaba en el maletero. En otra ocasión, fue descubierto en la frontera franco-belga con un coche con una caleta para ocultar supuestamente droga.
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Bolsa pesada
La Unidad de Drogas de la comisaría de la Policía autonómica en Bilbao inició entonces una investigación, con intervenciones telefónicas y colocación de balizas. A.S.M. se encontraba de baja y acababa de estar ingresado en un centro de deshabituación de las drogas. Los investigadores comprobaron que se desplazaba con frecuencia a Madrid, en concreto, controlaron una treintena de viajes entre mayo de 2019 y septiembre de 2022, «a horas intempestivas, de ida y vuelta en el mismo día y nunca en fines de semana», acompañado de un compinche.
En uno de estos trayectos relámpago, a su regreso, extrajeron una bolsa con ruedas pesada, que tuvieron que subir entre los dos al domicilio del ertzaina, en Galdakao. Con la orden judicial, accedieron al piso y decomisaron 55 kilos de cocaína en pequeños paquetes, además de una agenda con anotaciones, envasadoras y 5.100 euros. En la vivienda del otro implicado, hallaron 14.000 euros y varios teléfonos.
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La defensa solicitaba que se le aplicara una eximente completa por su adicción compulsiva al juego de apuestas, al alcohol y las drogas, aunque se ha quedado en un atenuante. Un cuñado y su exmujer, con la que tiene un hijo, relataron en el juicio que estaba «obsesionado». «Le ocupaba toda su vida. Jugaba por jugar, no por ganar. Ocultaba su adicción y tuvo problemas en el trabajo, con sus amigos y con su mujer porque intentaba conseguir dinero donde fuera», explicó el primero.
Compañero «defraudado y engañado»
El ertzaina condenado, aprovechándose de su «confianza» y de que era su superior jerárquico, pedía a un compañero, al que conoció en Bergara y con el que había fundado una peña del Athletic que le mirara matrículas de coches que sospechaba eran de la Ertzaintza y que le seguían. Este policía llegó a sentarse en el banquillo y confesó que se había sentido «defraudado y engañado» por su amigo. Él pensaba que aquellas informaciones eran «para prevenir delitos» y no «para actividades delictivas». Y la sala le ha creído y le ha absuelto. Las defensas de los dos condenados han anunciado su intención de recurrir en apelación la sentencia de la Audiencia vizcaína ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, la instancia superior.
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