Cincuenta años de los 'ángeles del mar'
La base de Salvamento Marítimo de la Cruz Roja de Arriluze es un referente nacional con casi un centenar de voluntarios, que el pasado año hicieron frente a 328 actuaciones
Sábado a las 10.00 horas. El sol calienta en el Abra, la mar está en calma y el viento no amenaza con rolar y ... complicar las condiciones de navegabilidad. Con estas previsiones meteorológicas la base de Salvamento Marítimo de la Cruz Roja del Mar de Arriluze encara la jornada con cierta tranquilidad. La experiencia recuerda que nunca hay que confiarse. Llega el mediodía y salta la primera llamada. El aviso llega a través del 112, otros días puede ser directamente por el área de Salvamento Marítimo del Ministerio de Fomento.
Un barco tiene una pequeña avería cerca del Puente Colgante. No queda otra que remolcarlo. Gorka Atxotegi, Cristina Campo y Asier Ramírez, los voluntarios que ese día están disponibles, se preparan para saltar a la lancha. En la zona húmeda, el lugar más próximo al embarcadero, están preparados los trajes y todo el material necesario. No hay tiempo que perder. La incidencia se resuelve sin mayor complicación. Ha habido suerte.
El 14 de febrero el servicio trasladó, junto a su dueño, a un perro que se había precipitado al Puerto Viejo. Es otra de las emergencias más habituales. La complicación mayor que se puede dar es que el propietario termine en el agua asustado por perder a su mascota y se produzca un ahogamiento. Por eso hay que intervenir rápidamente.
Este año se cumplen 50 años desde que la Cruz Roja del Mar llegase a la antigua Casa del Náufrago. El inmueble fue edificado en 1920 en el muelle de Arriluce para acoger la que era la Sociedad española de Salvamento de Náufragos y dar respuesta a la cada vez más emergente actividad en el Puerto de Bilbao. Durante el año pasado la base getxotarra anotó 328 salidas. Desde emergencias, hasta adiestramientos y labores preventivas. Entre las últimas destacó una que quedó marcada en la retina de los voluntarios: formar parte del histórico operativo de la gabarra con 130 efectivos. Según detalla para El CORREO Benjamín Romero, responsable de Salvamento Marítimo a nivel autonómico, en el día a día de los integrantes de esta entidad hay «de todo, animales que se caen, pescadores que se precipitan, remolques... A la costa también llegan después de los temporales todo lo que acaba arrastrando los ríos y puede ser un riesgo para las embarcaciones por lo que hay que retirarlo del mar».
Sabe de lo que habla, lleva desde 1994 vinculado al servicio marítimo. Ha sido testigo de cómo la tecnología dio un importante cambio de timón a los rescates. «Antes sonaba hasta un timbre, no había teléfonos móviles y nos regíamos por buscas», recuerda. Todos esos avances han servido para que los ciudadanos puedan extremar en mayor medida la precaución. Hoy en día se conoce incluso con días de antelación qué tiempo hará. Herramientas que han reducido los accidentes.
En Bizkaia, además de la de Getxo, hay otras dos bases más en Bermeo y Ondarroa. Cuatro prestan servicio en Gipuzkoa. La ubicación de la de Arriluce garantiza la cobertura al Gran Bilbao, hasta el puente de San Antón, pero también hasta los lindes con Cantabria. Esto hace que esta base tenga el mismo número de actuaciones que los otros seis recursos vascos juntos. Algo que se explica por la cantidad de personas que residen en el entorno de la ría.
«Somos un referente a nivel incluso nacional. ¡Mira todos los pueblos que nos rodean! Somos la herramienta fundamental para Salvamento Marítimo porque el porte de sus embarcaciones es de 23 metros. Con esas dimensiones no pueden subir la ría hasta arriba ni acercarse a puertos pequeños como el de Armintza o Plentzia. Aquí hay mucha emergencia inmediata, pero diversa. Igual en Ondarroa hay solo una, pero es un arrastrero», señala Romero. «El sitio es ideal, estratégico. Nuestra asamblea de Cruz Roja en la Margen Derecha tiene una fuerza impresionante, esto no se da en otro sitio de España ni a nivel de voluntarios ni de recursos», se congratula el presidente de la agrupación con sede en Arriluce, Agustín Herrero.
Inundaciones
Desde Getxo pueden dar respuesta a cuatro intervenciones simultáneas. Para ello cuentan con cuatro embarcaciones para rescates en litoral y costa, una con la que actuar en alta mar y varias ligeras para acceder a aguas interiores, estuarios e intervención rápida. Nada se les escapa. Su recursos fueron esenciales en las inundaciones de 1983 y en las que en 2008 anegaron los barrios getxotarras cercanos al río Gobela. Con alerta naranja los voluntarios que estén en el turno deben encontrarse a media hora de distancia, como mucho de la base. En alerta roja, todo el voluntariado disponible se muda a ella.
La época del año condiciona el tipo incidente. Los meses de invierno predominan los remolques de barcos por la mala mar y la retirada de objetos como troncos. A medida que mejora el tiempo, estas operaciones siguen presentes, básicamente porque se incrementa el número de salidas con un tono más ocioso. Pero hay más. «Se disparan los accidentes en las playas, en las rocas, se pesca más y hay más personas que también caen al agua», comenta Romero.
Estos efectivos se enfrentan a un terreno hostil en cada actuación. En el recuerdo mantienen un rescate en 2016 de 23 escolares en Plentzia. «La formación es fundamental para poder enfrentarnos a estas situaciones».
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