Lo nunca visto en Bilbao: una megatienda decide cerrar a los tres meses de abrir
Isfahán, especializada en la venta de alfombras orientales, levantó la persiana en septiembre y la bajará a finales de marzo
Vista y no vista. Así puede resumirse la breve historia de Isfahán, una firma dedicada a la importación directa de alfombras artesanas, en Bilbao. Con ... establecimientos en Madrid, Barcelona y Burgos, el negocio abrió a mediados de septiembre y su desembarco se adivina efímero. La compañía, que tomó el relevo de Twin-Set, una firma de moda femenina italiana que a su vez recogió el testigo del emblema de ultralujo Louis Vuitton, ha decidido cerrar a los tres meses de su apertura.
Los responsables calculan que trabajarán, «como mucho», hasta finales de marzo, «no más». Reconocen que «se han equivocado» y que no escogieron «el mejor momento». El covid, reseñan, ha dilapidado todas sus ilusiones. Pero no solo la pandemia se ha cebado de forma inmisericorde. Los alquileres desorbitados en la principal arteria comercial de Euskadi han acelerado la decisión, impensable hace solo unos meses. Su aventura en el número 44 de la Gran Vía se convierte en uno de los proyectos comerciales más fallidos de los proyectados en los últimos años en la capital vizcaína.
Las alfombras Isfahán, elaboradas con el hilado más fino, son «una belleza palpable», según los expertos. Con más de un millón de habitantes, esta ciudad iraní es uno de los epicentros de fabricación de alfombras de fama mundial. Pero el fracaso es de dimensiones colosales. En los espectaculares escaparates cuelgan desde hace ya varios días 'liquidación total por cierre'. Anuncian rebajas de hasta el 80%. En Isfahán no quieren perder el tiempo. 'Ahora o nunca', publicitan.
«Está la cosa muy mal y, además, son rentas muy altas. Nos hemos equivocado, por lo menos, en la fecha», insisten. «Si hubiésemos elegido otro momento, pero con el covid, la clientela está muy apagada y confusa. Queremos liquidar lo máximo posible y recuperar un poco lo puesto». Recuperar «algo» de la inversión inicial es el principal objetivo en estos momentos.
Isfahán tampoco se ha planteado su traslado a otro inmueble, de alquileres más bajos. Ni siquiera han intentado renegociar una rebaja de los alquileres, ya que los dueños del inmueble se han mostrado inflexibles. «Son muy reacios y dicen que prefieren tenerlo cerrado en vez de bajar los alquileres. Entiendo que les da igual. Es gente que está muy acostumbrada a alquilarlo».
Una esquina maldita
No obstante, con el tiempo, esta codiciada plaza, de Gran Vía con Iparraguirre, se ha transformado en una esquina maldita. Burger King fue el único negocio que le sacó chispas durante bastante tiempo, a costa de un alquiler que anduvo por los 8.000 euros. Sin embargo, con la llegada de Vuitton, las rentas se dispararon hasta los 18.000, aunque la compañía francesa terminó abandonando Bilbao por las escasas ventas. La marcha entristeció al Ayuntamiento, que consideraba clave su presencia para proyectar la imagen internacional de la ciudad. El difunto alcalde, Iñaki Azkuna, rogó a Vuitton que reconsiderase la marcha. Después llegó Twin-Set, que tampoco se anduvo con contemplaciones tras constatar que no le cuadraban las cuentas. Dejó Bilbao, aunque mantiene su tienda de San Sebastián.
«Ahora no son tiempos de tiendas. Se impone la venta 'online', también para las alfombras persas, indias y paquistaníes. Decidimos el cierre la última semana de diciembre. Vimos que el negocio andaba muy estancado. Son cosas que ocurren. No es el mejor momento de lanzarse y sí de esperar, pero dicen que una retirada a tiempo es una victoria», recuerdan en Isfahán.
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