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Cerramientos

Salen los inmigrantes y se cierran las canchas de Atxuri

Miércoles, 25 de julio 2018, 00:49

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Da la sensación de que el Ayuntamiento ha decidido reaccionar con energía política y liderazgo al principal problema que vive estos días la ciudad: la extraordinaria proliferación de gente que se cuela en los frontones y canchas municipales a las tres de la mañana para organizar partidos de pala, cesta punta, baloncesto y trinquete, perturbando con sus pelotazos y sus gritos de «¡Voy!» el descanso de los vecinos. Lo que está haciendo el Ayuntamiento es cerrar los equipamientos. Para ello, a veces desaloja a los inmigrantes que están durmiendo dentro y a veces espera a que a los inmigrantes se los lleven a otros barrios. Pero no se fijen en los inmigrantes. Sería un error. Fíjense en el asunto del que no deja de hablarse en los bares y las plazas, en las tribunas de prensa y las tertulias de radio: la extraordinaria oleada de ruidosos deportistas nocturnos a la que Europa no sabe cómo dar una respuesta.

Otra cosa es que las casualidades existan. Y ha bastado con que los más de cincuenta inmigrantes que dormían desde hace dos semanas en el frontón de Atxuri desalojasen camino de Bilbao La Vieja para que llegasen los operarios municipales a engrasar las verjas y arreglar las cerraduras. La municipalidad explica que los equipamientos deben estar cerrados de noche y que en Atxuri la puerta se habría roto. Los vecinos aseguran que esas canchas nunca han estado cerradas. Recordemos que antes los inmigrantes dormían en el frontón de Rekalde. Y que el Ayuntamiento procedió allí del mismo modo, solo que al revés: primero anunció que el frontón iba a cerrarse y después desalojó a quienes dormían allí.

La situación general es asombrosa. Tenemos a una caravana de inmigrantes migrando por los barrios al amparo voluntario de vecinos y asociaciones. Y a la municipalidad entre desaparecida y buscando cerrojos. Parecen creer que de los responsables políticos esperamos milagros cuando lo que se espera es otra cosa: presencia, iniciativa, claridad. Ese estar en primera línea cuando hay problemas en lugar de inauguraciones. Eso sí, los vecinos de Bilbao que lleven años esperando el cerramiento de alguna clase de instalación saben lo que deben de hacer: invitar a unos cuantos inmigrantes a pasar la noche. Aparecerá pronto el operario municipal. Por casualidad. Pero con verjas y cerraduras de las buenas.

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