Las tumbas de Begoña cuentan su historia
Este cementerio abre sus puertas desde el viernesa las visitas guiadas para mostrar los trabajos que investigación que realiza Aranzadi
Es inevitable asociar el concepto de 'excavación arqueológica' con la antigüedad más o menos remota. Pero la arqueología es aplicable a cualquier época, incluida la ... contemporánea. Lo podrán comprobar a pie de fosa quienes se apunten a las visitas guiadas a los trabajos de investigación que realiza la Sociedad de Ciencias Aranzadi en el cementerio de Begoña como parte del proyecto 'Begoñako Argia', que empezarán a realizarse a partir de este viernes.
«Estamos excavando individuos cuyos familiares pueden vivir por aquí cerca», explica la arqueóloga Carmen Coch, que dirige un equipo de 16 especialistas en arqueología o antropología, al que a partir de esta semana se empezarán a unir universitarios en prácticas de la UPV/EHU, UNED y Deusto.
«Es una gran experiencia. Como científica tengo la oportunidad de estar excavando un cementerio de época contemporánea donde dispongo, además, de los registros cementeriales, con los nombres, la edad de muerte y quizá las causas. Eso nos permite comparar nuestros métodos de excavación, tanto forenses como arqueológicos, con el registro. Y eso, tanto para mí como para los estudiantes, es una experiencia espectacular».
Porque lo que excavan a su espalda, mientras ella desgrana los detalles técnicos, son tumbas de niños. Los pequeños esqueletos van saliendo a la luz, tratados con delicadeza. Son enterramientos formales de menores de hasta 9 años de edad. «No están relacionados con la Guerra Civil, son posteriores, de mediados de los años 40», aclara Coch. «Los restos que sí tienen que ver con la guerra están situados cerca de la entrada», añade.
Un cementerio es una necrópolis, es decir, una 'ciudad de los muertos'. Como tal, es un reflejo y una fuente de información formidable de la historia de la ciudad de los vivos. Por ello, el de Begoña es una oportunidad magnífica para la investigación, que Aranzadi ha querido aprovechar.
«El cementerio estuvo operativo desde 1814 hasta 2003. No hay ninguno así, y tan bien conservado, abierto a la investigación», explica Anartz Ormaza, coordinador del proyecto 'Begoñako Argia', que subvenciona el Ayuntamiento de Bilbao, mientras señala el lugar en el que sí están enterrados las víctimas de la Guerra Civil.
Víctimas de los bombardeos
«Tenemos un listado de entre 40 y 45 personas que murieron en ese periodo, algunas en el frente, otras en los bombardeos, también algún fusilado». Ormaza apunta a una tumba: «Aquí tenemos a Margarita y Carmen, una madre y su hija que murieron (durante un bombardeo) en Txurdinaga el mismo día». Pocos metros más allá se abre la tumba de un requeté, «muerto por Dios y por España» en Lérida, dice la lápida.
Según explica Asier Abaunza, concejal de Obras y Planificación Urbana, «todos los restos humanos van a ser tratados con el máximo respeto». Una vez concluidas las investigaciones, aquellos que no sean reclamados por sus familiares serán trasladados «a un memorial que va a construir el Ayuntamiento en el cementerio de Derio».
En cuanto al camposanto de Begoña, cuando haya acabado todo el trabajo de documentación histórica y valoración patrimonial realizado por Aranzadi, será transformado en un parque en el que se conservarán los elementos arquitectónicos y escultóricos más notables.
Las visitas guiadas serán los viernes por la tarde y los sábados por la mañana, una en castellano y otra en euskera por jornada. Tendrán una duración de 45 minutos y será necesario inscribirse.
**Teléfono para apuntarse a las visitas. 605 715 626
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