El coronavirus y la caída de ventas llevarán al cierre a más de 4.000 comercios vizcaínos
El sector cree que el último cuatrimestre será «demoledor» y lamenta que las rebajas no están sirviendo «para nada»
Las cosas no le pueden marchar peor al comercio vizcaíno. Las ventas han caído un 60% con respecto al primer semestre del año pasado ... y las previsiones, a corto y medio plazo, «apuntan aún peor». Según Pedro Campo, presidente de la patronal vizcaína, el número de establecimientos que cerrarán de aquí a finales de año oscilará, «tirando a la baja», entre el 20% y 25%. Cecobi subraya que la crisis afecta a «todos los sectores por igual» y advierte de la necesidad de prolongar los ERTE, «al menos hasta finales de este ejercicio», para evitar que «miles de pequeños empresarios» se vean abocados al cierre.
Bilbao cuenta en estos momentos con más de 6.500 comercios, a los que hay que sumar más de 9.000 repartidos por todo el territorio, hasta completar cerca de 16.000. Según Cecobi, unos 4.000 cesarán la actividad en los próximos meses. Rafael Gardeazabal, presidente de bilbaoDendak, presagia que el último cuatrimestre será «demoledor» y tilda de «muy realistas» las estimaciones de la patronal.
«Casi hasta las firmaría, aunque suene mal, porque pueden que sean peores», esgrime. El futuro es muy «preocupante». «Se presenta bastante negro. Habrá que esperar a ver cómo arrancamos en septiembre, pero la situación es dramática. Es como para pegarse un tiro en la sien. Por primera vez, los indicadores de confianza del consumidor son peores que en la crisis de 2007, y estamos en agosto», confiesa Campo, que ostenta también la presidencia de la Confederación Española de Comercio (CEC). Esta organización prevé que más de 100.000 tiendas bajarán la persiana en todo el país.
«Peores rebajas de la historia»
Hay varias razones que abonan el pesimismo. A las pésimas expectativas que condicionan la evolución de una pandemia, que vuelve a contabilizar en Euskadi cientos de positivos a diario y ha disparado los ingresos hospitalarios, hay que añadir la «nulidad» de unas rebajas que «no han servido para nada» y que están cosechando los peores resultados de la historia. Salvo el gremio de la alimentación, que, según Campo, ha mantenido «más o menos el tipo», y el equipamiento de hogar, que ha registrado incluso un repunte positivo gracias a los bonos de compra impulsados por el Gobierno vasco, el resto no ha obtenido ningún provecho. Es más, el aspecto físico de las tiendas es muy parecido a como arrancó uno de los periodos de descuentos más populares del año. Los tenderos siguen almacenando «casi todo el stock que tenían dentro», reconoce el presidente de la patronal vizcaína.
«Casi nadie ha vendido nada», reitera Gardeazabal, ya que la gente «piensa más en subsistir que en gastar». «El negocio está tremendamente mal y los clientes muy desanimados. Las ventas de junio fueron decentes, pero ahora el consumo está bajo mínimos y las perspectivas económicas no son nada halagüeñas», abunda.
Las reticencias por el coronavirus ha retraído a decenas de miles de clientes y abortado cualquier intento de recuperación. «Hay más incertidumbre que miedo», admite Gardeazabal. Además, hay un dato que justifica el pésimo tirón de unas rebajas que año tras año pierden fuelle: muchos comerciantes no han rebajado este verano los precios de sus artículos «al no disponer de margen de capacidad».
La crisis se ha vuelto a cebar con el comercio minorista, pero especialmente con el de los barrios. «En el centro de Bilbao la cosa está muy mal, porque la gente anda muy desanimada, pero te das una vuelta por barrios como Zorroza y Rekalde y se te cae el alma a los pies. Es la hecatombre», expresan desde bilbaoDendak.
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Los cierres se suceden y los carteles de 'se alquila' y 'se vende' inundan casi todas las calles de la capital vizcaína. Hasta las encuadradas en la milla de oro. La última gran firma en abandonar Bilbao ha sido la multinacional estadounidense New Balance, agobiada por los alquileres desorbitados, y la pujanza del comercio electrónico. Mientras los agentes inmobiliarios hablan de la necesidad de adecuar las rentas a los precios de mercado –«están muy desfasadas», reprochan–, BilbaoCentro ha puesto el acento en la necesidad de impulsar un plan de «reconstrucción comercial» consensuado, a poder ser, con las diferentes instituciones.
Sin desmerecer el apoyo de las administraciones, Gardeazabal «juzga» vital el consumo en los comercios locales. «Ya puede haber bonos de los gobiernos vasco y central, de la Diputación de Bizkaia y del Ayuntamiento de Bilbao, que de esta no salimos si la gente no se conciencia de la necesidad de comprar en los comercios cercanos a su portal. La solución no está en las instituciones. Nuestra salvación pasa porque el consumidor compre en nuestras tiendas. Lo vamos a necesitar», reivindica.
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