
El 'casting' de un centenar de interesados para alquilar una casa en Bizkaia
Desde dentro ·
EL CORREO acompaña a una inmobiliaria desde que oferta un alquiler hasta que cierra el contrato. «Es una locura», dicen los agentesSecciones
Servicios
Destacamos
Edición
Desde dentro ·
EL CORREO acompaña a una inmobiliaria desde que oferta un alquiler hasta que cierra el contrato. «Es una locura», dicen los agentesApenas han pasado unos minutos de las diez de la mañana cuando suena por primera vez el teléfono. La Inmobiliaria Deusto, en Bilbao, acaba de ... levantar la persiana. Ha publicado tres anuncios de pisos en alquiler: un apartamento en Arangoiti, un domicilio en la Ribera de Deusto y una bonita casa en Galdakao, con jardín. Lo coge Nora Lejarza, una de las agentes que trabaja en la oficina, una de las que «más viviendas alquila de todo Bilbao». «¡Hola! Les llamaba por el anuncio de la casa en Galdakao que han colgado en Idealista», se oye al otro lado de la línea. La voz corresponde a un hombre. Necesita encontrar un piso con urgencia. Su intención es compartirlo con otro compañero y asegura que ambos tienen nómina. Después de anotar los datos personales del interesado para trasladarlos al propietario, Nora cuelga. «Normalmente los dueños piden gente solvente, responsable y que no genere problemas», reconoce la experta.
Al poco de terminar con la primera llamada, entra otra. «¡Buenos días! Somos una pareja con tres niños interesados en esa vivienda de Galdakao. Tenemos trabajo. Mira, te mandamos la web de nuestra empresa para que le eches un ojo», se escucha. Al minuto, Nora recibe un email con el enlace y lo ojea. Sin tiempo para más, llama otro cliente. Y así, sin parar. «Hola, somos una familia con dos hijos. Trabajo como consultor y mi mujer es cuidadora. Uno de mis hijos también es consultor y el otro trabaja en un centro comercial», dice la voz. La vivienda de Galdakao, por 1.200 euros al mes, es la que más interés ha suscitado entre los demandantes. Es una casa dividida en dos plantas. La parte inferior cuenta con salón, cocina y baño y la superior tiene tres espaciosas habitaciones. También dispone de terraza y de un acogedor txoko, perfecto para comidas y cenas con amigos.
En plena crisis habitacional, con poca oferta y una demanda desbordada, hallar un piso libre se convierte en una tarea casi imposible. Encontrarlo cuesta porque lo poco que hay «se alquila muy rápido». Según datos de Idealista, el 17% de las viviendas que se ofertan en Bilbao se arriendan en menos de un día. Frente a una demanda que supera las 59.000 personas en Bizkaia, en base a la última encuesta de necesidades de vivienda del Gobierno vasco, los inmuebles salen al mercado con cuentagotas y esto es lo que hace que los interesados ni se lo piensen a la hora de arrendar. Tanto es así que nada más ofertar un domicilio, las agencias reciben un «aluvión» de llamadas. Para comprobarlo, EL CORREO acompaña a la Inmobiliaria Deusto en el proceso de alquiler de un piso: desde el momento en el que se publicita el anuncio hasta el cierre del contrato. «El reto es encontrar un hogar en el que vivir. La gente está desesperada y con varios anuncios publicados, el teléfono no para de sonar», dice Txaro De la Fuente, otra de las especialistas que trabaja en la agencia. Y así fue. En algo más de tres horas, el teléfono sonó decenas de veces. Sin descanso. Algunos demandantes querían un piso para «ya» y a otros, no les importaba esperar «algo más».
Los expertos detallan que el 'modus operandi' siempre es el mismo. Se publica una oferta, suena el teléfono, los profesionales cogen y comienza la batería de preguntas: en qué situación laboral están, si tienen nómina, para cuánto tiempo querrían la casa... «Son los dueños los que quieren saber más sobre los inquilinos, por eso nos interesamos por ellos. Los propietarios escogen el perfil del inquilino y la información nos ayuda a filtrar. Nos guiamos por sensaciones porque lo que intentamos es elegir el arrendatario perfecto para el propietario perfecto», explica Jon Ander Líbano, propietario de la inmobiliaria, con oficina en Bilbao y Plentzia. Algunos solicitantes intentan «venderse» por teléfono para generar una conexión con el agente inmobiliario. Creen que así les será más fácil firmar el contrato. Otros directamente ofrecen sus datos sin dar más explicación. «Hay tanto problema para alquilar que en cuanto ven que se ha publicado una oferta, llaman. El que está desesperado le da igual una cosa que otra. Otros miran más el precio», detalla Txaro.
Jon Ander sostiene según su experiencia que si los «interesados leyeran los anuncios», las inmobiliarias se ahorrarían «mucho trabajo». «Las ofertas ponen si es de larga estancia, si es para unos meses... Lo que pasa es que no se detienen a estudiar el tipo de piso que se libera. Llaman y punto», añadía.
El anuncio de la vivienda de Galdakao, «perfecta para una familia», se retiró del portal inmobiliario a los tres días (de un viernes a lunes). Solo a través de Idealista se enviaron más de 40 correos electrónicos solicitando información sobre la casa, además de las más de 30 llamadas atendidas. Al día siguiente de despublicarlo se llevó a cabo la primera visita, a la que también acudió este periódico. El interesado era un vecino de Etxebarria que por «causas personales» tenía que buscar otro inmueble en el que residir junto a su hijo. El domicilio le «urgía». «No tengo muchas opciones. Llevo un mes mirando pisos. La situación está muy mal porque es tal la avalancha de personas que está en busca de un hogar que encontrar uno disponible es muy difícil», se dolía.
Durante la visita, Jon Ander le enseñó cada uno de los rincones de la vivienda. Desde los dormitorios hasta lo que podría convertirse en un garaje. El dueño, le cuenta el experto, «vive fuera de España» y lo que quiere es «una persona que habite durante bastante tiempo». «Realizamos la más eficaz gestión del alquiler. Nos encargamos de todo. Si hay un problema en la vivienda, lo que sea, los inquilinos no molestan al propietario, sino que nosotros somos los que lo atendemos», apunta Líbano.
Finalmente, fue una familia con dos hijos la afortunada en alquilar esta acogedora casa. En una semana estaba cerrado el contrato de arrendamiento. Fueron de los primeros en llamar cuando se publicó el anuncio y las sensaciones fueron «buenas» desde un comienzo. El varón trabaja en Osakidetza y la mujer es dependienta. «Antes de filtrar los perfiles, en base a los que pide el propietario, es importante hablar con ellos y entender su situación. Además de preguntar, es vital comprender lo que desea el dueño para su domicilio», insiste Líbano.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.