La Casilla espera una segunda oportunidad

A sus 92 años, Carlos Henales vive a escasos metros del polideportivo que se quiere remodelar y ve con buenos ojos la propuesta municipal. «Me parece muy bien que lo arreglen. Esta zona está un poco abandonada. Hace años era otra cosa. Tenía mucha fama, se abarrotaba de gente. Ahora ya no», comenta en compañía de Pedro Chicote, Adolfo Zotes y Txomin Ortiz. Por eso aplaude la iniciativa del Consistorio. «Ojalá traigan eventos culturales, deportivos y conciertos que le vuelvan a dar vida al lugar», desea. Y hace una petición: «Que no quiten de aquí el baile de los domingos para la gente mayor».

Henales tampoco pone reparos a que la zona pueda convertirse en un nuevo espacio para el ocio nocturno en Bilbao. «Seguro que dará vida a la zona y hay que ofrecer opciones para divertirse a la gente joven; eso sí, siempre que respeten a los demás».

Pilar Soba es otra de las vecinas que ha visto las diferentes etapas de este barrio, en el que vive desde hace cuatro décadas. Ella tiene claras qué mejoras debe acometer el Consistorio en este entorno. «Aquí vivimos mucha gente mayor y la plaza deben remodelarla pensando en nosotros, porque ahora está muy dejada», indica. Confía en que la actuación prometida por el equipo de gobierno sirva para reactivar el comercio local y para dotar de mayor seguridad a la zona. «Aquí todas las noches tenemos cuadrillas que fuman marihuana, ha habido peleas... Aunque la situación es mejor ahora que hace unos años, no es un lugar en el que por la noche estés tranquilo en la calle. Hay gente durmiendo en la pérgola, otros en la entrada del polideportivo... Espero que con la remodelación cambie esto».

Los empresarios también sonríen pensando en cómo puede mejorar el barrio si se cumple lo anunciado por el Ayuntamiento, aunque no esconden sus dudas. «Que la zona resurja nos parece algo estupendo, pero creemos que vamos a tardar en verlo, que va para largo», comenta Miriam Castroviejo, del bar Etxetxua, situado en la perpendicular calle peatonal de Zugastinovia, uno de los ejes de la hostelería en este entorno de la ciudad. A esta empresaria le inquietan las molestias y ruidos que puedan generar las obras de demolición y construcción del nuevo polideportivo y cómo puedan afectar a los negocios de la zona.

El comerciante Josean Carande se muestra más escéptico. «No tengo muy claro qué es lo que quiere hacer el Ayuntamiento, pero ojalá sirva para modernizar la zona», comenta este responsable de un negocio de alimentación fundado en 1965 en La Casilla. Varias décadas que le dan una perspectiva amplia sobre la evolución de este barrio. «Son ya muchos años de caída de la actividad comercial, de la vida social en esta zona, de cierres de negocios y dudo que consigan reactivar el lugar, salvo que monten aquí algo muy potente o traigan de nuevo el baloncesto. Las familias con niños, por ejemplo, ya no se quedan aquí a pasar la tarde, se van a Amézola. Veo complicado que esas rutinas cambien».