Un capítulo de 'CSI' en el aula
El antropólogo forense Paco Etxeberria explica su «incomprendida» profesión ante alumnos de Bachillerato de la ikastola Begoñazpi
El antropólogo forense Paco Etxeberria se dirige a un grupo de adolescentes y les muestra un desconocido objeto hallado en el cadáver de un migrante ... que trataba de cruzar el Mediterráneo en patera: «Es una pequeña pieza metálica de color negro. Hago una descripción sin saber exactamente lo que es, pero esa información ya es útil». Justo después, saca una pinza de doble clip para juntar papeles y todos los chavales la reconocen como tal: «Los datos son los mismos, pero en este caso sabemos su función. Los ojos no ven nada más que lo que conocen. La misión de los forenses es interpretar su significado». La incógnita se resuelve con un inesperado estruendo: el misterioso objeto es un silbato que sirve para darse avisos entre embarcaciones en alta mar.
La medicina forense continúa siendo una disciplina «incomprendida» bajo el punto de vista del mediático experto, que ayer ofreció una charla ante alumnos de Bachillerato de la ikastola Begoñazpi de Bilbao. Durante algo más de una hora y en un ambiente distendido, Etxeberria trató de despertar el interés de los alumnos preuniversitarios por esta rama científica de la que muchos apenas habían oído hablar antes. «Cualquier otro médico se encarga de realizar un diagnóstico para establecer un tratamiento determinado, pero nosotros somos un tanto atípicos», les explicó. En esencia, tal y como resumió, los forenses se dedican a «intervenir en conflictos humanos».
El antropólogo guipuzcoano, conocido por casos como exhumaciones de asesinados durante la Guerra Civil y el programa televisivo 'El lector de huesos', se retrotrajo hasta los primeros pasos de la evolución humana para desentrañar el sentido de su labor: «Somos la especie que utiliza elementos de su desarrollo en su propio beneficio y que no necesita la selección natural. Nuestros dos mayores productos son la ciencia y la cultura». En ese sentido, animó a los estudiantes a que se pregunten por el origen de las cosas y defendió el valor de la discrepancia incluso en su profesión: «Todos se piensan que nuestro trabajo consiste en decir que dos más dos son cuatro y eso no es verdad. Nuestra misión es interpretar qué significa ese cuatro en lo que se está discutiendo. En caso contrario, solo seríamos matemáticos».
Etxeberria, de todas formas, considera que ese halo de misterio que siempre ha rodeado a la ciencia forense va desvaneciéndose gracias, en parte, a series y películas. «Yo no suelo ver los capítulos de 'CSI', pero reconozco que son útiles para mostrar lo que hacemos. Cuando yo era joven veía series policiales en las que todo se resolvía a tortazos, a tiros, incluso provocando hechos delictivos. Ahora por lo menos no se ven ese tipo de cosas», relató. De esta forma, el experto cree que los jóvenes ya son plenamente conscientes de que la investigación criminal requiere «ciencia y técnica» para cumplir su misión: «No hace falta tener a un campeón de tiro olímpico que dé en el plato, sino bioquímica, genética, informática, laboratorios, formación universitaria...». Ese último mensaje estaba directamente dirigido a sus jóvenes oyentes. «Os espero en la facultad», les invitó. Alguno acabará recogiendo el guante.
«Nos dedicamos a intervenir en conflictos humanos», resumió el mediático experto
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