«No tenía capacidad de mover ni un euro de la DYA», se defiende Izaguirre
El juicio contra el exdirector de Emergencias del Gobierno vasco queda visto para sentencia y la Fiscalía sigue pidiendo para él 7 años de cárcel por el desfalco de la ONG vizcaína
El juicio por el desfalco de la DYA ha quedado este miércoles visto para sentencia. La Fiscalía, las acusaciones particulares y las defensas de los ... acusados han cerrado la vista oral reafirmándose en sus posiciones iniciales. Tras las diversas pruebas practicadas en las dos sesiones del juicio, el Ministerio Público sigue reclamando 7 años de prisión para el exdirector de Emergencias del Gobierno vasco, Fernando Izaguirre, al que acusa de delitos continuados de administración deselal y falsedad documental durante su etapa al frente de la ONG vizcaína. También pide 4 años de cárcel para su socio, el empresario catalán Juan Diego Gallardo. Además, el fiscal exige que ambos indemnicen a la DYA con más de 4,75 millones de euros, importe del presunto desfalco. Las acusaciones particulares piden unos 10 años de privación de libertad para los dos acusados y las defensas reclaman su absolución.
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Las sesiones de ayer y hoy han servido para escuchar a una docena de testigos, a 3 peritos, a los propios acusados y a los abogados. Lo sustancial de la jornada de hoy fue escuchar las declaraciones de los acusados -que sólo respondieron a las preguntas de la Fiscalía y de sus abogados- y las conclusiones finales de las partes.
Los dos acusados negaron las acusaciones que sostienen que se pusieron de acuerdo e idearon un «plan» para trasladar sumas millonarias de la DYA -que se financia con las aportaciones de donantes- a empresas catalanas que eran de su propiedad. Nadie puso en duda el trasvase millonario de fondos desde la DYA a Emergencias Plus, la empresa catalana propiedad de la ONG vizcaína que se encuentra en el centro de la trama. Tampoco se cuestiona la prueba documental que indica que desde esta mercantil el dinero fue a parar a otras empresas catalanas, que eran propiedad de los encausados y que nada tenían que ver con la DYA.
Pero ambos acusados, aunque con matices, se apoyaron en argumentos similares para explicar los millones de euros perdidos por la DYA, que se quedó al borde de la desaparición como consecuencia de estas operaciones y de otras que no han sido juzgadas. Básicamente, los dos imputados y sus defensas trataron de explicar lo ocurrido como una especie de mal negocio y de una mala gestión de fondos por parte de una organización «amateur». «Deber dinero no es delito», insistió uno de los abogados. También insistieron en que los acuerdos que propiciaron el desembarco de la DYA en negocios en Cataluña fueron auspiciados por los dos anteriores presidentes de la ONG, que estaban «muy encima de todo», aunque los dos fallecieron hace años y, por tanto, no pudieron validar esta versión. «No tenía capacidad de mover ni un euro de la DYA», afirmó Izaguirre. Los dos encausados también dijeron que lo han perdido «todo» con esta operación..
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Las acusaciones se esforzaron en desmontar esta versión y destacaron la importancia del testimonio de algunos testigos. Las acusaciones particulares subrayaron la «falta de control» y el «oscurantismo» que predominó en la DYA durante el mandato del que fue también portavoz del PNV en Galdakao. Lo que le sirvió para -a su juicio- «falsear los balances» de la DYA y poder seguir transfiriendo dinero a Emerplus, el «vehículo transmisor» con el que destinaban después los fondos a sus empresas particulares.
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