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Imanol Canales, Jaqueline Mantrana, Marian Arias, Nekane Eguzkitza y Nagore Alba, durante la mesa redonda. Mireya López

«Lo que no cambia es que las mujeres que ejercen la prostitución son invisibles y están estigmatizadas»

La asociación Askabide celebra su 40 aniversario con un acto en el que reconoce el «valor» y la «implicación» de sus trabajadores y voluntarios

Jueves, 23 de octubre 2025, 14:37

Jaqueline Mantrana llegó a Askabide, colectivo que apoya a mujeres en contextos de prostitución y exclusión, hace más de dos décadas, cuando entró siendo «una ... cría» en un piso de emergencia. Imanol Canales, socio voluntario, empezó a colaborar hace 25 años en la vivienda en la que atendían a mujeres con problemas de toxicomanía. Nekane Eguzkitza, cuando se jubiló, decidió no quedarse en casa, se acercó a la sede de la entidad con la intención de «ayudar a coger el teléfono» y lleva ya once años dando clases de castellano. Nagore Alba acudió a la organización para hacer un trabajo de la universidad y salió de allí con el objetivo de que ese se convirtiera en su lugar de trabajo, y ahí se desempeña como educadora social. Estos son los cuatro ejemplos con los que Askabide ha querido visibilizar este jueves, con una mesa redonda enmarcada en la celebración de su 40 aniversario, que «el gran valor» que tienen son «las personas».

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La presidenta, Miriam Santorcuato, ha sido la encargada de abrir el acto, en el que han participado el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto; la directora de Emakunde, Miren Elgarresta; la diputada de Empleo, Cohesión Social e Igualdad, Teresa Laespada; y la consejera de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico, Nerea Melgosa. La responsable de la entidad ha puntualizado que son «muchas» las cosas que han cambiado en cuatro décadas, como el barrio de San Francisco, el perfil de las mujeres o los lugares en los que se ejerce la prostitución. Pero hay dos que se mantienen igual, que «estas mujeres son invisibles y están estigmatizadas», y que ellos continúan ofreciendo «apoyos, recursos y proyectos» para que tengan «oportunidades dignas». Y en eso cobran gran importancia los voluntarios, un pilar fundamental, en gran medida, por su «compromiso».

Canales da cuenta de ello. «He pasado por 50.000 áreas», bromea. Ha estado en diferentes proyectos, en la junta directiva, en salidas montañeras con las usuarias… Incluso, cuando la Audiencia Nacional confundió a la asociación con una herriko taberna y la introdujo en el sumario contra estos establecimientos, tuvo que retirar todo el dinero de las cuentas, que «equivalía a los sueldos de todo el año», meterlo en una mochila y peregrinar por entidades bancarias para encontrar una caja fuerte en la que depositarlo y evitar así que se lo embargaran, como sucedió con los pisos. Recuerda también momentos mejores, como cuando, en plena época de la heroína, «me encontraba por la calle a personas que habían estado en el piso para toxicomanías y veías que estaban bien; eso era una gran alegría».

Una familia

Salir de esas situaciones de vulnerabilidad, cuando hay sustancias de por medio, es mucho más complicado. A Mantrana le han acompañado las recaídas, aunque lleva «año y medio» sin probar una gota de alcohol, confesión que ha desatado los aplausos de los asistentes. «Askabide me ha aportado estabilidad, un núcleo familiar fuera del mío, porque las personas que trabajan ahí siempre buscan un hueco para darte un abrazo de verdad», expone antes de recordar que, cuando estuvo ingresada por neumonía, «las educadoras venían a verme todos los días, y eso siempre lo tendré dentro».

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Pero las usuarias no son, ni mucho menos, las únicas que ganan. «Colaborar me ha ayudado a situarme en la vida de otra forma, a relativizar», sostiene Nekane Eguskitza, que lejos de ser «paternalista» las trata «como a mí me gusta que me traten». Además de enseñarlas -ha llegado a tener en la misma clase a mujeres que hablaban en 21 lenguas distintas-, asegura que aprende de ellas. Sobre todo que pese a cumplir los requisitos para tener «todo en contra» -«mujer, pobre negra y prostituta», enumera- tienen una «capacidad impresionante de aguantar».

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