La calle Rodríguez Arias resucita con cerca del 90% de los locales comerciales ocupados

La iniciativa ha devuelto nuevos bríos, especialmente al tramo 'prime', que abarca desde Telesforo Aranzadi hasta la Plaza Campuzano, justo en la esquina del café Marakay. Aio calcula que cerca del 90% de los locales comerciales se encuentran «ahora mismo» ocupados. La calle remodelada, provista de amplias aceras, ha favorecido también desde hace meses la llegada de «nuevos establecimientos» a ejes adyacentes, como Máximo Aguirre y Licenciado Poza, favorecido este último por el impacto de una voraz hostelería que no da tregua y sigue adueñándose de lonjas vacías a lo largo y ancho de todo Bilbao.

La resurrección de Rodríguez Arias como alternativa a la Gran Vía, inaccesible para los empresarios locales por sus altos alquileres, formaba parte del capítulo de asignaturas pendientes de un sector que juzgaba «necesaria» la recuperación de esta calle, que en su momento compitió de tú a tú con la más importante. Junto a Ercilla, fue la única capaz de plantarle cara a la Gran Vía. Su crisis se materializó con la desaparición de «compañías de gran nivel», como Lottusse, Ayestaran, Sebago, Adolfo Domíngez, Timberland y Purificación García. Estas pérdidas trasladaron una sensación de «enorme orfandad», según relevantes agentes inmobiliarios, e incrementaron la preocupación de los responsables municipales y de gran parte del empresariado local.

Sin embargo, la situación ha dado un vuelco total. De contar con numeroso locales vacíos, debido en parte también a la negativa de los 'caseros' a reajustar las rentas, ha pasado a contar con una oferta que supera las 70 tiendas solo en su tramo más codiciado. En este espacio conviven enseñas locales (Mercedes de Miguel, Loreak Mendian, Anetta y perfumerías como Erlai) con etiquetas nacionales que encabezan las preferencias de la clientela juvenil, como Mango Teen, la marca de gafas Mr. Boho y la cosmética L'Occitane. El desembarco de Mercadona, Pepco, uno de los principales minoristas europeos , que ofrece ropa para toda la familia y productos para el hogar a precios accesibles, y supermercados de precios bajos como Primaprix han disparado el tráfico de personas. «No pensaba que Mercadona, principalmente, pudiera llegar a mover tanta gente de todo tipo. Ahora solo hace falta que las ventas nos acompañen con más fuerza», desea Itziar Puente, propietaria de la tienda de moda de mujer Anetta.

La creciente actividad comercial ha sido tan impactante que Rodríguez Arias solo dispone en estos momentos de tres locales libres. La llegada de nuevos inquilinos está asegurada y copará en breve el 100%, ya que está prevista la inmediata incorporación de Ipar Kutxa, que tomará el relevo del gallego Adolfo Domínguez, y de la floristería y decoración de eventos Garden&Nostalgia, que ocupará el inmueble de uno de los comercios más antiguos del distrito -Teresa Lana y Labores-.

Paulino Martín, uno de los agentes inmobiliarios más importantes de la capital vizcaína, reconoce que casi todos los locales «vuelven a estar ocupados» tras años de ostracismo que devaluaron la categoría de esta calle. Perdió muchas posiciones. Sin embargo, en el sector preocupa «mucho» la falta de «operadores buenos» y desean el desembarco de tiendas de «mayor nivel». «Hace muchos años todo el mundo quería abrir aquí. Ojalá en el futuro vengan mejores negocios pero es bueno y muy importante que todo esté ocupado», valora Martín.

Si acaso Aio, que agradece la transformación urbanística, echa en falta la presencia de «más emprendedores locales» y de «gente joven que tenga ganas de invertir». Por el contrario, este eje está acaparando un gran protagonismo con la «proliferación» de centros de salud, estética y belleza, que están «bajando a pie de calle».

El gerente de BilbaoCentro se felicita de que Indautxu «esté encontrando ese punto diferencial» para posicionarse con una oferta comercial distinta. «Las tendencias actuales están provocando que la moda vaya cediendo terreno a favor de otras actividades económicas. Por eso es clave que los servicios trabajen a pie de calle y abandonen las primeras plantas de los edificios residenciales. El centro de las ciudades debe estar vinculado a la actividad económica», destaca Aio, que valora el impacto de Mercadona.

«Antes de su implantación había muchas lonjas vacías y tras su llegada han surgido en ese entorno nuevas propuestas, tanto de equipamiento personal, de calzado y moda, preferentemente, como de nuevas empresas de alimentación. ¿Qué significa esto? Que locales que estaban vacíos y muertos de risa han salido al mercado». De rebote, Rodríguez Arias servirá «para desatascar un poco» la Gran Vía, que está «bastante colapsada». «Esta transformación nos ha ayudado a vender una oferta muy chula y a que los comerciantes sigan renovando sus locales».