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La calle Autonomía se ha consolidado como una especie de frontera entre dos 'bilbaos' y además se ha quedado muy vieja, como un vestigio de ... aquella ciudad de hace cuarenta años. Es como una Gran Vía pobre. Quiere dejar de serlo, pero el problema es que no es fácil actuar aquí porque está pendiente la ampliación del tranvía, que lo condiciona todo. Y la ampliación del tranvía está pendiente de la gran operación del soterramiento de Abando, cuyos retrasos se cuentan por décadas. Es una especie de efecto dominó inverso: como no cae la primera pieza, no cae ninguna otra.
Hace un par de años el Ayuntamiento de Bilbao presentó un plan para reformar Autonomía con elementos provisionales, una especie de añadidos de madera junto a las aceras, que no comprometiesen su desarrollo futuro. La actuación iba de la mano de la construcción de La Nueva Casilla, que incluía la renovación de la plaza, pero de momento esto ha pinchado. Aún así, el equipo de gobierno ha dado un paso adelante y este miércoles ha mostrado sus planes para esta arteria. «Bilbao tiene una deuda pendiente con Autonomía», ha admitido el concejal de Obras Públicas y Servicios, Kepa Odriozola, que ha comparecido junto con el director de Obras Públicas, Iosu Madariaga. Es cierto que en esta primera fase únicamente se va a actuar en 185 metros -la longitud total de la calle es de 1.300-, entre la plaza de La Casilla y la de Calixto Díez. Si la experiencia gusta y los vecinos lo piden se podría seguir extendiendo el modelo hasta Zabalburu, porque el proyecto conjunto está hecho.
La actuación tiene un presupuesto de un millón de euros y forma parte del Plan Auzokide. Lo que se pretende es «ampliar aceras e incorporar nuevos espacios verdes y estanciales», además de «reducir la velocidad del tráfico rodado», ha explicado Odriozola. Lo de contener la velocidad será una consecuencia, dijo el concejal, de reducir el espacio destinado para los coches, que pasará de los cinco carriles actuales a solo tres: dos en dirección Zabalburu, y uno en dirección Basurto.
Avanzó que la licitación pasará en los próximos días por Junta de Gobierno, y que, una vez se adjudique y se inicien las trabajos, tendrá un plazo de ejecución de cinco meses. Su estimación es que la obra arrancará tras el verano y estará lista a principios de 2026.
Recordó, eso sí, que «se contempla como una actuación provisional ya que no se podrá efectuar ninguna con carácter definitivo hasta que se cierre el anillo tranviario, que afectará a este entorno y que es una cuestión que viene condicionada por el desarrollo de la futura estación de Abando». En todo caso, el ánimo es «extender la transformación llevada a cabo tanto en Sabino Arana como en María Díaz de Haro hacia este entorno, que está llamado a tener gran protagonismo cuando se aborde la obra del nuevo equipamiento de La Casilla». Y continuar con ello hasta Zabalburu.
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¿Y cómo es eso de hacer una reforma de carácter provisional? Se hará «a través de la colocación de unos elementos a modo de plataformas, en la zona de vial y a la cota de acera -como una extensión de ésta-, ampliando de esta forma el espacio peatonal», explican en el Ayuntamiento. Estas plataformas «que serán del tipo 'parklet'», tendrán distintos diseños y usos. Crearán, por ejemplo, zonas estanciales e incorporarán vegetación «a una calle sin apenas elementos verdes o naturales». También tendrán usos hosteleros y ampliarán el espacio de espera en las paradas de autobús, de modo que «se podrán descongestionar las aceras». Se proyecta, además, la renovación de la red de drenaje y el alumbrado en aceras para ajustar estos servicios a la nueva distribución.
El ámbito total de la actuación tiene una superficie de 4.681,52 metros cuadrados. En estos momentos ese espacio se divide entre 1.404 metros cuadrados de zona peatonal y 3.278 destinados al tráfico rodado. Por ahí pasan son cinco carriles de circulación: tres en sentido Zabalburu, siendo uno un carril bus; y, otros dos sentido Basurto. La actuación que ahora se plantea aumentará la zona destinada a los peatones hasta los 1.905 metros, es decir, un 35% más.
El diseño de los módulos «potenciará la colocación de arbolado y vegetación de menor porte para proteger la zona contigua a la carretera con alguna barrera vegetal». Se plantarán árboles de tres especies (arce, acebo y zelkova japonesa), de mediano y pequeño tamaño, que combinarán formas y colores; y especies arbustivas variadas.
Las plataformas «se colocarán sobre una solera de hormigón y su exterior se forrará con chapa prelacada impresa con motivos tipo baldosa Bilbao». Por su parte, los bancos y respaldos que en ellos se incluyan «se resolverán con madera termotratada y los reposabrazos serán de acero galvanizado pintado». Se instalará una pérgola en uno de los 'parklets' de tipo estancial, cerca de la esquina con la calle Gordóniz.
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