12 cajas nido para los 'txinbos' de Bilbao
Proyecto escolar ·
Alumnos del IES Martín de Bertendona entregan al Ayuntamiento pajareras fabricadas por ellos para proteger a las aves localesLos 'txinbos', las pequeñas aves cantoras tan abundantes en Bilbao, dieron nombre a las chimberas y al jabón, incluso al 'txinbito' y fueron un emblema ... de una época. Se cazaban para freír u organizar multitudinarios concursos de canto e incluso los bilbaínos pasaron también a apodarse como esas pequeñas aves. Txinbos. Pero la población de pajarillos se está reduciendo. Especies como el gorrión común o el alcaudón dorsirrojo están en declive. Y aunque aviones comunes, golondrinas y vencejos residen en las fachadas, los 'txinbos' dispondrán ahora de 12 nuevas cajas nido en los parques para que puedan sentirse cómodos y criar. Personal del área de Salud y Consumo colocó ayer las dos primeras en los jardines de Eskurtze, mientras que el resto se instalarán en lugares propicios para cada especie. Y es que el tamaño de la abertura de las cajas, la forma y dónde se colocan determina el tipo de pájaro que pueden albergar.
Los propios alumnos de un grupo de Diversificación Curricular de Tercero de la ESO del IES Martín de Bertendona, de entre 15 y 16 años, fabricaron los nidos con sus propias manos, dentro de un proyecto escolar. Y los entregaron al Ayuntamiento para que las aves que se instalen allí sirvan como remedio contra las plagas porque son insectívoros y actuarán contra la oruga procesionaria, los mosquitos y moscas, las chinches apestosas y las cucarachas. Así minimizarán el uso de insecticidas, a los que muchos bichos se terminan acostumbrando.
«Seguramente será ocupadas por gorriones, carboneros y herrerillos. Lo más probable es que algún pinzón o colirrojo tizón pueda entrar. Y la otra caja, con agujero con una anchura mayor, podrá ser para la lavandera blanca», relató el técnico que las colocó. La idea surgió después de una excursión a la playa de Meñakoz, donde, con el apoyo de Azti, Azterkosta y Goazen Up, los estudiantes analizaron el agua marina y recogieron madera flotante, que decidieron reciclar para nidos.
«Una forma de arraigo»
La mayoría son de Colombia, Paraguay, Perú, Bolivia, Pakistán o Palestina. La investigación sobre el término 'txinbo' los llevó a conocer este tipo de aves y por qué son tan importantes para la ciudad y para la biodiversidad. «Primero investigamos qué clase de pájaros necesitábamos. Y cada uno escogió el suyo. Por eso, cada nido es diferente. Empezamos a diseñarlos y luego a hacer los planos», relata la joven estudiante Naihara Gómez. Además de madera reciclada, usaron chapa, palillos y. Una vez terminaron las creaciones, comenzaron a redactar el proyecto para el Ayuntamiento. Además, se presentarán a un concurso municipal.
«Diseñaron planos, aprendieron a usar herramientas de carpintería... Tuvieron que trabajar figuras en tres dimensiones, diferentes escalas... Primero dibujaron los nidos a escala en un papel y luego en la madera y la cortaron», relatan las tutoras Patricia Bouzas y Miriam Rekalde. Además, «hemos trabajado la relación con el medio ambiente local como una forma de arraigo. Y el hecho de que hayan colaborado con el Ayuntamiento también fomenta que se sientan parte del entorno. El proyecto tiene un fin académico de aprendizaje, pero en este caso es más significativo», añaden.
Gracias a proyectos similares que ambas impulsan forman parte de la Red Europea de Escuelas Azules. En paralelo, el Área de Salud y Consumo, que ya ha colocado veinte cajas nido para rapaces nocturnas, ha empezado a instalar otra veintena para especies diurnas.
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