El Cadagua se ensancha en Zalla con una obra millonaria que ya empieza a evitar crecidas
La actuación, que concluirá en un año, funcionó parcialmente este fin de semana y protegió a la población de una de las zonas más inundables de Euskadi
Los desmanes urbanísticos se pagan muy caro. Durante años hemos construido muy cerca de los ríos, hormigonado las riberas y encajonado afluentes, pero las aguas ... siempre vuelven a su cauce. Y pueden llevarse todo a su paso. La devastación causada por la dana en Valencia puso de manifiesto la importancia de las obras hidráulicas de defensa ante inundaciones para prevenir muertes y daños millonarios. Aunque a veces solo se puede reducir la probabilidad de desastre en un determinado periodo de tiempo. URA, la Agencia Vasca del Agua, dependiente del Gobierno vasco, es el organismo encargado de evitar que se repitan estampas como la de 1983 en Bizkaia mediante actuaciones hidráulicas.
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El último episodio de lluvias persistentes provocó ayer que los ríos se desbordaran a su paso por Gueñes, obligando a cortar caminos y calles, y también en Alonsotegi. Pero en Zalla, uno de los municipios más castigados por las crecidas, y donde se ejecuta la obra de defensa más importante de todas las que se están realizando en Bizkaia, la situación quedó bajo control. En 2015, el peor desbordamiento del Cadagua en cuatro décadas dejó más de tres millones de euros en daños en el polideportivo, 357 viviendas, un centenar largo de comercios, oficinas, lonjas y vehículos. Después se puso en marcha por fin una primera actuación para que el río redujera su amenaza. Terminó en 2020 en un tramo de 1.100 metros de riberas, generando un espacio seguro para los grandes caudales. También se sustituyó el puente del Charco por otro de una mayor sección, entre otras mejoras que costaron 10 millones y que sacaron del mapa de inundabilidad a 2.600 vecinos del barrio de Mimetiz, el centro del pueblo.
Ahora, la obra adjudicada por 13,5 millones a la empresa Viuda de Sainz, que arrancó en junio, sirve para proteger al barrio de Aranguren, donde residen 2.000 personas. Sigue siendo uno de los enclaves con más riesgo de inundación de Euskadi, en el que se calculaban un millón de euros al año en destrozos y se registraron 273 vecinos en riesgo grave. «La gente de Aranguren siempre está pendiente del río. Tienen miedo porque se desborda cada poco tiempo», relata Aitziber Urquijo, responsable de Obras Hidráulicas de URA, durante una visita al tajo, de gran envegardura. Ahora se trabaja a destajo en la zona de El Baular. Se actuará sobre 2.440 metros entre este punto y la estación ferroviaria de Aranguren para mejorar la capacidad del río. A la altura del puente se ha picado el lecho para que gane profundidad y las máquinas rematan la primera saca, un nuevo brazo por donde discurrirá el agua cuando el río baje cargado. Habrá dos desdoblamientos -uno en la margen izquierda y otro en la derecha, a la altura de la estación de ferrocarril- donde se derivarán las avenidas para evitar nuevos desastres. Estas actuaciones se complementarán con muros en algunos puntos. Los llaman «defensas longitudinales».
23,5 millones
es el importe que el Gobierno vasco ha invertido hasta ahora en la defensa de Zalla. En Mimetiz se actuó en 1.100 metros de cauce (10 millones) y en Aranguren se hará lo propio en 2.440 (13,5)
Ahora hay varios camiones que alisan el lodazal y decenas de obreros trabajando en la zona. Cuando se ejecuten ambas actuaciones -la primera ya está finalizada- el río podrá disponer del espacio que necesita, según los estudios hidráulicos. «El agua va a superar la plataforma y laminarse por esta saca, de unos 400 metros de longitud y por la siguiente, todavía pendiente de excavar, de 900. Cuando haya poca agua, ambos desdoblamientos, en los que sembraremos césped, estarán secos, aunque formarán parte del río», explica el jefe de la obra, Eneko Menchaca. A simple vista, el Cadagua tendrá el triple de capacidad que el cauce actual.
La obra terminará a finales del próximo año, aunque estos días ya se han visto los beneficios. «La corta ya realizada ha entrado en funcionamiento, aunque el tajo no será totalmente eficaz hasta que no esté culminado», explicaron ayer fuentes de URA. Bordeando la futura ribera, se creará un bidegorri, un paseo peatonal y un acceso rodado a las fincas de la zona. Todo se rematará con alisos, sauces, fresnos, avellanos...
Había 273 personas en riesgo potencial grave y peligraban bienes por valor de un millón al año
Aun así, todavía queda pendiente eliminar estructuras en el cauce que obstruyen el flujo de agua: la sustitución de un puente del ferrocarril por otro de mayor sección hidráulica y la supresión de un segundo viaducto. Esas dos actuaciones son muy importantes, porque las estructuras representan un obstáculo para el agua. No será hasta que se eliminen que «desaparezca en gran medida el riesgo».
Las obras han requerido varios años de 'cocina' y la colaboración del Ayuntamiento, que tuvo que hacerse con los terrenos ribereños. Cuentan con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Gobierno central y una ayuda de 2,7 millones de fondos europeos, de los que 407.540 euros se destinaron al Ayuntamiento para sufragar la compra de fincas. Renaturalizar ríos para aumentar su capacidad y dotarles de zonas por donde puedan discurrir las crecidas que, además, revaloricen el entorno son las soluciones preferidas por los técnicos.
Queda pendiente aún por parte de ADIF eliminar un puente ferroviario sobre el río y sustituir otro
Sodupe y Balmaseda
No es la última obra que se realizará en el Cadagua, aunque sí la más urgente. URA analiza las zonas inundables y actúa primero en las que estadísticamente son más vulnerables y con más población, aunque Urquijo advierte de que «la mejor inversión es la prevención» y que el urbanismo respete las leyes de la naturaleza. «En algunas zonas lo suyo sería retirar a la gente de donde reside, pero eso económica y socialmente es muy costoso». A medida que se van realizando actuaciones, por pequeñas que sean, también se reduce el riesgo general.
Ahora se actuará en Sodupe. Se eliminará el azud de La Conchita y el puente de Gallarraga será sustituido por otro que no suponga un escollo. Unas actuaciones que se prevé iniciar a finales de 2025 por un importe de 4,6 millones, aunque los responsables de la Agencia Vasca del Agua destacan que con ellas solo se «aminorará el riesgo». Queda pendiente la actuación en Balmaseda. Todo se realizará con extremo cuidado porque el Cadagua es hábitat potencial del visón europeo. Una de las causas de su desaparición, además de la competencia del visón americano, ha sido el destrozo de los ríos.
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