El buen tiempo anima las ventas y el ambiente en el nuevo mercado de El Arenal
Los baserritarras agradecen el aspecto de las nuevas instalaciones, a pesar de que haya que «andar cargando con el puesto para atrás y para adelante»
El Arenal ha recuperado hoy su tradicional mercado baserritarra 'Gure Lurreko Merkatua' (El mercado de nuestra tierra) con una nueva imagen y una nueva planificación. ... Desde hoy, más de 35 productores de Bizkaia acudirán cada sábado a la nueva plaza de los tinglados de El Arenal, repartidos en grupos de quince por semana. El estreno no ha podido ir mejor. El buen tiempo ha animado las ventas hasta el punto de que a media mañana ya había puestos con productos agotados.
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La nueva imagen de la feria, más moderna y «adaptada a los tiempos que corren», gusta a los caseros, que se quejan, sin embargo, de que a partir de ahora «habrá que ir cargando con el puesto para atrás y adelante». Menos sitio en las furgonetas. «Es un poco más complicado, pero está bien», aclara satisfecha Zuriñe Suarez, productora de quesos de «nuestras cabras», que tiene su explotación en Igorre.
La cabra tira al monte...
Ofrece queso Loiate, tipo camembert, a 19,60 el kilo; y de leche cruda prensado a 29.70. El 'azulito', «una especie de gorgonzola del estilo del rochefort, pero menos fuerte» , lo está vendiendo a 31,9 el kilo. «De caserío de toda la vida», este año cumple 25 al frente del negocio. Estudió administración, pero, como le gusta bromear a ella, «la cabra tira para el monte». Tiene tres hijos. De momento, ninguno sigue la tradición. «¡Ya veremos! Por ahora, cada uno sigue su camino... Que está la cosa difícil», comenta.
El acto inaugural ha contado con la presencia de la diputada de Medio Natural y Agricultura, Arantza Atutxa; el concejal de Obras, Planificación Urbana y Proyectos Estratégicos, Asier Abaunza; y del presidente de la asociación promotora Bizkai Mendi, Jon Gorka Elgezabal, que además es alcalde de Laukiz. La representante de la institución foral ha destacado el valor de los productos de cercanía, porque son más saludables y contribuyen al mantenimiento del medio rural.
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«El precio del producto de cercanía es razonable, favorece un medio rural más sostenible y contribuye a que no se vacíe», defiende la diputada de Agricultura
Habitualmente, sin embargo, son también más caros, un aspecto nada desdeñable en tiempos de crisis y de carestía de la vida. «Hay que tener en cuenta el valor que tienen», ha defendido. «No solo de sus mejores características organolépticas, sino de la importancia de lo que dejan en el territorio. El producto que consumimos de aquí –ha dicho– genera un medio rural más sostenible, permite el prado que tenemos y contribuye a que el campo no se vacíe. Es un precio razonable por el trabajo y el valor que nos ofrece».
Llega el tomate... y el 'nutripolen'
Hoy ha habido colas ante los puestos. Todo el día. Las más largas se acumulaban ante la tienda del caserío de Momoitio, en Berango. La estrella es el tomate Jack, que es de las variedades que más se cultivan, a 4,8 el kilo, aunque los ha habido también a 2,5. Son los primeros de la temporada, «son deliciosos», comenta alguien en la cola, y la gente, como se ve, los está esperando. «Estamos encantados con este nuevo mercado, muy satisfechos con los cambios que se han introducido», comenta Begoña Lumbreras, que lleva ya cuarenta años al frente del negocio. Su hija Udane Landaluce y su yerno, Alfredo Vazquez, le echan una mano.
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Entre los puestos más curiosos destaca el del getxotarra José Manuel Regueiro que vende, según se anuncia, «Nutripolen congelado, un alimento fresco de temporada». Curiosa paradoja. «Recojo el polen cada día, lo limpio con una máquina de aire y lo congelo directamente», explica. Cada bote cambia de contenido, porque los granos que contienen dependen de la temporada. «Este lleva sauce, diente de león, eucalipto y alguna cosa más» recolectado en sus explotaciones de Loiu y Morga, según detalla. Cuenta que refuerza las defensas, porque tiene proteínas y vitaminas. ¿Para qué sirve? «Eso mejor se lo preguntas a un médico», contesta, «pero sí te diré que en los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna, en 1896, los deportistas lo utilizaban para mejorar sus resultados...». A 11 euros se vende el bote.
Tampoco le ha ido nada mal esta mañana a Janire Goikuria, de Orozko. Es lógico, porque su puesto es de los más dulces. Vende pastel vasco, de queso, frambuesa, de arroz y de una larga lista de especialidades que se le han ido acabando. Una ración, 2 euros. «Ni sé los años que llevo haciendo y vendiendo pasteles. ¡No ve que soy la más veterana del mercado!», pregunta con sorna. Cocina por la tarde. Pasteles y pan; y se pasa hasta las tres de la mañana delante del horno. «Mañana domingo estaremos en Vitoria. Allí no es como aquí», protesta. «Nos cobran entre 800 y 900 euros el metro para el puesto, sin toldos...». La feria va por barrios...
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