Por San Blas, 40 cigüeñas verás en Bizkaia
El regreso ·
Los tejados de Orduña concentran el mayor número de nidos, 14, seguido por Urdaibai, Plentzia, Amorebieta y MungiaIratxe Astui
Viernes, 3 de febrero 2023, 07:24
El popular dicho 'Por San Blas, la cigüeña verás' se ha cumplido una temporada más. Solo es necesario alzar la vista al cielo durante estos ... días para disfrutar con suerte de la cautivadora imagen que ofrecen estas inconfundibles aves, que en su ruta migratoria deciden pasar la temporada invernal al abrigo de los tejados de Bizkaia. «Es un espectáculo observar cómo aterrizan y ocupan los nidos», confirma José María Pedrajas, miembro de la Sociedad de Caza y Pesca de Orduña. Esta ciudad vizcaína, precisamente, puede presumir un año más de concentrar la mayor población de zancudas que existe en el territorio histórico. Hasta la fecha, 14 parejas de ciconia ciconia -su denominación científica- han construido sus nidos de amor en la ciudad vizcaína. «Hay cinco en lo alto de la iglesia de Santa María, también se les puede ver en el convento de Santa Clara, el Ayuntamiento, la Casa de Cultura y el edificio del Colegio Josefinos», enumera Pedrajas.
Hasta el mayor inexperto en ornitología sabe reconocer la elegante silueta de estas zancudas, vestidas de plumaje blanco y negro y alargado pico anaranjado. «Son de esos pájaros que caen bien, quizás porque su presencia se asocia al fin del invierno, más horas de luz y la entrada próxima de la primavera», apunta Edorta Unamuno. El biólogo del centro Urdaibai Bird Center, de Gautegiz Arteaga, explica además que su aparición resulta del gusto de la gente «seguramente por la creencia popular de que son sinónimo de buenas noticias, como que traen niños de París», bromea.
Monógamas y testarudas
En la comarca de Busturialdea, que atesora la única Reserva de la Biosfera de Euskadi, tres machos esperan desde el pasado mes de diciembre la llegada de sus parejas en los ponederos de Gernika, Forua y Gautegiz Arteaga. «Los machos llegan primero para inspeccionar y defender el terreno. Son monógamos, muy fieles, por lo que al encontrar pareja la mantienen hasta el fin de sus días», destacan desde los guardabosques de Bizkaia. En el caso de encontrarse 'solteros', el cortejo por atraer a la hembra comienza con su característico crocoteo y vuelos de arriba a abajo. «Si le gusta el sitio que el macho le ofrece se queda para siempre, pero si no le convence sigue su ruta», matizan los técnicos del servicio foral.
En Busturialdea recuerdan todavía con rabia la muerte a tiros de 'Uzelai'; el macho de la primera pareja que anidó hace más de una década en el área natural de Urdaibai, fruto de un programa de reintroducción de la cigüeña. «Se había convertido en símbolo de la conservación de la reserva, pero unos desaprensivos le pegaron un perdigonazo en la cabeza», lamentan los ornitólogos.
Tres machos esperan desde diciembre a sus parejas en Gernika, Forua y Gategiz-Arteaga
La cigüeña blanca es también «muy testaruda». «De la que elige un sitio, todos los siguientes años vuelven al mismo. No cambian de nido», confirma Pedrajas. En Urdaibai tiene un buen ejemplo para explicar el comportamiento tozudo de estas aves. «A la pareja de Arteaga le gusta establecerse en un cedro, a pesar de que su copa no es lo suficientemente fuerte para soportar su nido. De hecho, el año pasado perdieron a sus crías después de que un temporal de viento les echara la casa la suelo». «Les ofertamos para la cría una plataforma más firme, sobre un poste de telefonía, pero no hay manera, vuelven al cedro», comentan. Más de lo mismo se repite en Plentzia, donde otra pareja de picudas prefiere sacar adelante a sus polluelos «en una antena de telefonía móvil, a pesar de que al lado se les colocó otro 'piso' precioso para entrar a vivir».
Junto al antiguo cementerio de Mungia anida también otra pareja fiel y por los cielos de Amorebieta planea «al menos otra pareja más».
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