De Bizkaia al Teide para desatar una explosión de apoyo a la lucha contra la ELA

Jaime es un aplicado deportista, apasionado del surf, el ciclismo y el esquí. Pero en 2016 empezó a notar los primeros síntomas de esta enfermedad que poco a poco merma las facultades físicas y que le ha ido obligando a renunciar a sus aficiones. Hace año y medio a la tabla, poco después a los bastones («no se me olvidará nunca cuando subí a la nieve con mis hijos y me di cuenta de que sería la última vez») y las pasadas navidades a la bicicleta. Pero con la montaña ha logrado reengancharse a la máxima exigencia deportiva, algo que, reconoce, «me ilusiona muchísimo».

Tendrán que subir desde la playa de El Socorro hasta los 3.718 metros de la cima del volcán tinerfeño. Lo harán en una escarpada ascensión de 26,5 kilómetros dividida en tres etapas. «Dormiremos bajo las estrellas y el miércoles estaremos en lo más alto; será duro pero fantástico», se emociona.

Cuando alcancen el cráter leerán un mensaje que desean que llegue a todo el mundo. «Es un llamamiento a la investigación, para que se encuentre una cura cuanto antes, porque todavía no hay nada». «En España la cifra parece siempre pequeña, pero somos muchos los afectados. Cada año se diagnostican 1.000 casos nuevos, aunque se dan de baja otros mil que no han logrado superarla», lamenta. Por eso, insiste, «tenemos que meter mucho ruido para que la gente se sensibilice, se investigue más y haya una solución cuanto antes».

Roldán, que antes de padecer la ELA había ganado tres pruebas ironman, asegura que para él esta expedición es «un proyecto de vida, de unión y fortaleza, de positivismo». Están luchando por salvar sus vidas y las de millares de personas más. Y no estarán solos en este reto porque, además de un equipo de más de 14 personas que les escoltarán (entre ellas la mujer del propio Jaime Lafita, Lourdes Zuloaga, y un hijo suyo), les acompañarán otros dos afectados por la ELA. Aunque no sea físicamente. Se trata de Itziar Pérez, geóloga alavesa, y Pablo Olmos, escalador y montañero vecino de Zalla y quien puso en marcha esta iniciativa. A los dos la enfermedad les obliga ya a desplazarse siempre en silla de ruedas, pero estarán conectados con la expedición en todo momento gracias a las nuevas tecnologías. «Podrán ver lo que nosotros veamos», se congratula Lafita.

El propio Olmos subraya en un vídeo la importancia de «unir al mayor número de personas posible en esta particular cordada». «Yo seguiré viendo cumbres que pisar; no puedo dejar de escalar montañas y, aunque mi cuerpo me lo impida, mi cabeza las sigue buscando y las encuentra». Todos son miembros de alguna de las asociaciones que se han unido para hacer realidad la expedición: la promovida por Jaime Lafita, DalecandELA, Saca la lengua a la ELA, Dar Dar y Fundación LUZON.

Una productora audiovisual grabará toda la expedición y emitirá un resumen de cada jornada que se podrá ver a través de las redes sociales de las entidades organizadoras. «Además, queremos grabar un documental con toda la experiencia», remarca Jaime Lafita.