Constructores inician con incertidumbre el año tras cerrar un ciclo histórico de ventas
El sector inició en 2022 la edificación de 2.540 viviendas, un 13% más que el anterior, y cerró 12.778 compraventas, la cifra más alta desde la crisis del ladrillo
Aunque el secretario general de Ascobi, Iñaki Urresti, rehuyó ayer cualquier tono triunfalista, los constructores vizcaínos cerraron 2022 con las mejores cifras de los últimos 15 años, gracias al dinamismo mostrado especialmente por el mercado de segunda mano. Bizkaia registró las mayores ventas –tanto de pisos nuevos como usados– desde la crisis del ladrillo, en 2007, tras contabilizar 12.778 operaciones inmobiliarias, un 14% más que en 2021.
Las constructoras y promotoras comenzaron el año pasado la edificación de 2.540 pisos, lo que supuso un incremento del 13% respecto al anterior, debido, sobre todo, al empuje de las VPO, mientras que el empleo aumentó por encima del 10%.El sector da trabajo ya a casi 33.000 trabajadores, una cifra muy lejana todavía de los 50.000 que empleaba antes de que estallase la burbuja inmobiliaria.
Con este buen estado de salud el gremio se sacudió parte de sus temores en un ejercicio en el que las licitaciones públicas se dispararon un 37%, frente al 15% en el conjunto de la comunidad, al lograr inversiones por valor de 883 millones de euros frente a los 645 del año precedente. El precio medio de la vivienda nueva libre subió un 7,7%, con el metro cuadrado a 3.904 euros, mientras que la evolución de la usada fue bastante más contenida al encarecerse un 2,5%.
Urresti se felicitó por el «afianzamiento» de la construcción en un «entorno inflacionario» y pese al «fuerte incremento» de los costes de producción. Sin embargo, tampoco pasó por alto los nubarrones que pueden sucederse a corto y medio plazo. Este escenario ha provocado, a su juicio, de momento un notable aumento del número de licitaciones desiertas y deteriorado los «márgenes en las obras ejecutadas». Dejó en el aire la duda de si algunas constructoras trabajan por debajo de costes con tal de engordar la cartera de pedidos. «No sería, en cualquier caso, sano ni coherente», corrigió casi de inmediato. Añadió que la subida de los tipos de interés añade «más incertidumbre» y podría frenar la ventas, algo que, en su opinión, se ha percibido en los primeros meses de este año.
«Optimismo cauteloso»
Pese al buen balance de 2022, el secretario general de Ascobi advirtió que la producción de vivienda nueva sigue lejos de los niveles previos a la pandemia. Recordó que el territorio continúa presentando uno de los porcentajes de construcción más bajos de España con «apenas»2,2 viviendas por cada mil habitantes.
El escenario actual invita, por tanto, a un «optimismo cauteloso» que puede verse ensombrecido por la persistencia tanto de «factores de riesgo geopolíticos y económicos» como por el incremento de los tipos de interés. Para «revertir» esta situación, Ascobi ha vuelto a reclamar a las administraciones el impulso de «medidas de estímulo» de la actividad en la promoción inmobiliaria. Urresti cree que estas actuaciones deberían acompañarse «con otras de carácter legislativo», como la adecuación de los porcentajes de reserva de suelo para vivienda protegida «a la realidad y necesidades actuales» de cada municipio.
Solo de esta manera se podrán mantener las cifras de 2022, cuando las ventas de la vivienda nueva aumentaron un 16%. Otro síntoma de la bonanza constructora, que supuso la creación de 5.400 nuevos empleos en todo el País Vasco, es que tanto los pisos a estrenar como los usados se vendieron en un tiempo más rápido que en ejercicios precedentes. Si el plazo medio de venta de los primeros se situó en 288 días, los de segunda mano llevaron únicamente 117.