Bizkaia tiene 51 niños que precisan ya acogida y solo una familia disponible
Los ofrecimientos, según un informe foral, están en mínimos, con apenas siete familias en valoración psicosocial y diez en formación
Hace poco más de tres meses, la diputada de Acción Social, Amaia Antxustegi, hizo un llamamiento a los vizcaínos a interesarse por el programa de ... acogimiento familiar, puesto en marcha en 1997, ante el «descenso importante» de los hogares de acogida. La titular del departamento lo achacaba a unos «cambios sociales» que, sin embargo, no han mermado «las situaciones de desprotección» que llevan a la entidad foral a hacerse cargo de la tutela de menores. Y es que los niños susceptibles de residir fuera de un centro o piso foral ascienden a más de medio centenar, mientras que solo hay una familia disponible para acoger a alguno de los menores.
Los datos, fechados a 21 de julio, los ha remitido Antxustegi a las Juntas Generales en respuesta a una serie de preguntas formuladas por el PP. En el documento precisa que hay once menores (uno de entre cero y dos años, seis de tres a cinco años y cuatro de seis a ocho años) para los que «se ha aprobado en comisión de protección a la infancia el acogimiento familiar como medida más adecuada para ejercer su guarda». Estiman además que, al margen de estos niños, «en torno a otros 40» que se encuentran «en acogimiento residencial se podrían beneficiar» de este programa.
El problema es que, en esas fechas, apenas había 18 familias interesadas. Diez estaban en el proceso de formación; siete en valoración psicosocial, momento en el que se determina si se emite o no el «certificado de adecuación», imprescindible para la formalización de un acogimiento; y solo había una familia apta a la espera de asignación de un menor, ya que el perfil «debe coincidir» con las necesidades «de los niños susceptibles» de ser acogidos.
Los interesados en saber más del programa de acogimiento familiar pueden llamar al 944 470 737
Otros 115 hogares ajenos –que no son familia biológica de los menores cuya tutela se ha retirado a sus progenitores– tienen el acogimiento formalizado en sus diferentes modelos. Está el de urgencia, para momentos puntuales en los que hay que responder con celeridad; temporal, para dos años; permanente, hasta la mayoría de edad; y especializado, para casos complejos. También, según los datos que hizo públicos la diputada de Acción Social a comienzos del verano al pedir ayuda a la sociedad, 158 residen con abuelos, tíos y otros familiares y más de medio millar en centros forales.
Bolsa de familias
La principal necesidad, exponen en el documento enviado por Acción Social, es la de «contar con una bolsa de familias suficientemente alta», que permita así «ofrecer una alternativa familiar al acogimiento residencial» para «todos los menores de seis años». También consideran imprescindible la incorporación de familias de acogida permanente para mayores de 6 años y para niños con «necesidades especiales», como «grupos de hermanos» o que «han atravesado situaciones que pueden tener repercusiones en su comportamiento o en su desarrollo emocional y relacional».
Incluso «en las situaciones más críticas», puntualizan, desde el Servicio de Infancia, hacen «una lectura positiva» de los procesos de acogida, valorando «todo lo que la vivencia del acogimiento ha aportado al niño o niña», especialmente en situaciones «complejas de gestionar» por el «daño recibido con anterioridad».
En ocasiones, sostienen, es necesario que se produzca un «cese temporal o definitivo de la convivencia», algo que, en todo caso, es poco habitual. El final del acogimiento –sobre lo que el documento no contiene datos– puede deberse a razones como la mayoría de edad del menor, el regreso con su familia de origen, la adopción…, más numerosos que los derivados de «dificultades en el acogimiento familiar», que el pasado protagonizaron «únicamente el 6% de los ceses».
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