Así cayó la banda de origen iraquí que introducía polizones en el Puerto

Hoy se han conocido más detalles de la 'operación Hégira', el dispositivo establecido por la Guardia Civil que permitió la semana pasada desarticular una importante organización internacional de origen iraquí y que se saldó con la detención de siete ciudadanos de nacionalidad iraquí, albanesa y española (2 en Bilbao, 2 Portugalete y 3 en Santander), acusados de facilitar el salto a la valla perimetral de las instalaciones portuarias a inmigrantes irregulares y ocultarles en coches o tráilers antes de subir a bordo de los transbordadores que cubren el trayecto hacia la costa británica. En algunos casos, los miembros de esta banda llegaban a saltar también para, en caso de ser detectados, permitir ser interceptados por los agentes y facilitar así el acceso a sus 'clientes'.

La organización investigada tendría vínculos en varios países, entre ellos Francia, Bélgica y Reino Unido. Por ello, la operación ha sido coordinada y apoyada desde sus inicios, hace un año, por la agencia europea de policía Europol, que ha desplazado a Bilbao una oficina móvil. Asimismo, durante las detenciones y la práctica de los registros han prestado su colaboración dos oficiales de la Policía Federal de Bélgica. Las investigaciones siguen abiertas y no se descartan nuevas detenciones.

Según han detallado fuentes del instituto armado, el operativo se puso en marcha tras detectar un repunte en el número de personas, principalmente albaneses, que se intentaban colar en ferries con destino al Reino Unido y que eran interceptados en unos casos en Santurtzi y en otros, a su llegada al país británico.

La investigación ha estado dirigida por el Juzgado de Instrucción nº 9 de Bilbao y por la Fiscalía Especial de Extranjería. Convencidos de la existencia de «una estructura criminal que favorecía este modus operandi y que podía estar provocando un efecto llamada», los agentes establecieron un operativo hasta dar con esta banda, asentada entre tres domicilios en Bilbao, Portugalete y Santander. Dos de estas viviendas eran utilizadas como 'casas patera', entre ellas una ubicada en la capital vizcaína. «Presentaban una distribución que evidenciaba claramente que estaban siendo empleados para alojar a varios individuos en su interior, con habitaciones numeradas y cerradas con llave», detallaron.

Los detenidos se encargaban de trasladar a los inmigrantes -principalmente de origen albanés, así como refugiados procedentes de Irak, Siria, Afganistán y Pakistán, entre otros países- desde los lugares de asentamiento (en Francia en alguna de las ocasiones) hasta las provincias de Cantabria y Bizkaia, proporcionarles alojamiento y facilitarles el acceso al recinto portuario, saltando la valla perimetral. Posteriormente, les ayudaban a ocultarse como polizones en tráileres, contenedores, caravanas y maleteros de los vehículos estacionados en el aparcamiento restringido de las navieras, a la espera de embarcar en los ferries que parten hacia Reino Unido. «Los inmigrantes contraían importante deudas y, sin no pagaban por adelantado, eran abandonados a su suerte», detallaron.

Varios de los detenidos actuaban bajo nombre falso y se encontraban en situación irregular. De hecho, los agentes les decomisaron numerosos documentos de identidad y pasaportes de distintas nacionalidades e identidades, así como varios dispositivos telefónicos e informáticos, tarjetas bancarias y remesadoras de dinero.