El billete a Jaén de Lamine, pagado a escote por policías locales de Bilbao
Agentes de la comisaría de Corazón de María ofrecen su ropa y ayudan a un indigente senegalés de 45 años al que le habían robado todo
«Antes que policías somos personas. Nos hemos encontrado con una persona en una situación difícil y nos ha salido ayudarle, sin ninguna intención de que nadie se enterara». Raúl es agente de la Policía Municipal de Bilbao desde hace 19 años. Ahora está destinado en la comisaría de Ibaiondo, en la plaza Corazón de María. El pasado miércoles, se encontraba realizando una vigilancia preventiva con su compañero de patrulla, Ekain, de 33 años e interino, que apenas lleva unos meses en el cuerpo, junto al comedor social de la calle Zabala.
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En ese momento, se les acercó uno de los hombres que hacían cola para comer porque no tienen recursos ni un techo bajo el que cobijarse, y les contó que le habían robado lo poco que tenía mientras dormía en la calle, que se había quedado con lo puesto. Lamine Cissé, senegalés de 45 años, lleva dos en Bilbao y ahora su intención era la de desplazarse hasta Jaén donde unos conocidos podían ofrecerle trabajo en la recogida de la aceituna. Los agentes le aconsejaron que se dirigiera a los servicios sociales del Ayuntamiento de Bilbao y que allí tal vez podrían darle alguna ayuda. «Yo no quiero dinero fácil sino un billete a Jaén», espetó. Su determinación y dignidad atravesó el chaleco antibalas y el uniforme de los policías y les llegó al corazón. Quedaron en volver a verle al día siguiente en el mismo sitio.
Una talla 44-45
«Cuando llegamos a casa, abrimos el armario y sacamos chaquetas, mudas, una toalla, calzado...». Casualmente, Lamine tenía el mismo número de pie que los agentes, una talla 44-45. Sin embargo, el jueves los agentes tuvieron una actuación y no pudieron acudir a su encuentro. Este viernes, sobre las diez de la mañana, le localizaron casualmente sentado en un banco de la plaza Corazón de María y le pidieron que se acercara hasta la comisaría, donde habían guardado la ropa que tenían para él, junto con una bolsa de deporte y un macuto.
Los compañeros de Raúl y Ekain se unieron al gesto y entre todos, unos ocho agentes del grupo, pusieron dinero a escote (10 euros o cinco cada uno) para sufragar los dos billetes Bilbao-Madrid, Madrid-Jaén para Lamine. También le buscaron por internet el recorrido que debía hacer para cambiar de una estación de autobús a otra en Madrid y le indicaron la línea de metro que debía coger. Lo que sobró del bote, unos 40 euros, se lo entregaron para que pudiera comer un bocadillo por el camino. Antes de emprender viaje, le llevaron primero a las duchas públicas y después a la Termibus en coche patrulla. «Cuando nos despedimos, nos lo agradeció un montón de veces». El agente Raúl se ha guardado su teléfono para saber cómo le va. Confían en que las próximas noches ya no tenga que dormir en la calle.
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