Bilbao sondea qué usos dar a La Casilla y Nogaro para que sean rentables
El Ayuntamiento pregunta a la ciudadanía por qué actividades estaría dispuesta a pagar en unos equipamientos que necesitan atraer inversores privados
Hace dos años que el Ayuntamiento anunció la compra del edificio Nogaro en Artxanda, y hace un año que inició el proceso para tumbar La ... Casilla y generar allí un nuevo espacio más moderno y aprovechable. ¿Aprovechable para qué? Ahí está la clave. Desde el primer momento se buscan empresas que den ideas sobre posibles usos y que inviertan en ambos inmuebles, porque se depende de la iniciativa privada para darles salida. Pero, lógicamente, las firmas quieren rentabilidad. Y el tiempo transcurrido deja claro que los procesos no han avanzado tan ágiles como en un principio se había pronosticado. Esa circunstancia mueve a sospechar sobre el interés que estos espacios tan emblemáticos suscitan en los inversores, y sobre la confianza que tienen éstos en los retornos que podrían reportar sus proyectos.
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Con estos precedentes, el Ayuntamiento está llevando a cabo ahora una encuesta en la que pregunta a la ciudadanía de Bizkaia sobre qué tipo de actividades de ocio desearía que se llevasen a cabo en Nogaro y en La Casilla, y si estaría dispuesta a pagar por ellas. Se parece bastante a un estudio de mercado.
¿No es algo tarde para hacer eso? ¿No deberíamos estar ya en una fase más avanzada? Desde el equipo de gobierno municipal apuntan que lo que se está elaborando es «un informe estratégico cuyos resultados nos van a permitir conocer con profundidad lo que demanda la ciudadanía de Bilbao en cuanto al ocio en interiores». ¿Y por qué se pregunta expresamente por La Casilla y Artxanda? Los mismos medios señalan que es porque son los proyectos «que están actualmente en marcha». Pero entienden que los resultados de la encuesta «se pueden extrapolar a otras zonas del centro urbano de Bilbao en las que implantar, a medio plazo, ocio 'indoor' (de interiores)».
En el Ayuntamiento recuerdan que se hizo algo parecido cuando se dio el paso de reactivar Artxanda como el gran pulmón verde de Bilbao. Es decir, se llevó a cabo un estudio de mercado para conocer las preferencias de la ciudadanía sobre el ocio en exteriores, y a partir de aquí se diseñaron los usos para diferentes espacios. De ahí salió, por ejemplo, que la parcela Pike sea un parque de aventura, con sus tirolinas y sus pasarelas entre árboles. No salió bien una iniciativa similar en Akarlanda, pero ahora se espera que la mayor centralidad de Artxanda y las mejoras que se están llevando a cabo en el entorno (en los accesos, por ejemplo) dibujen un escenario diferente.
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En fin, que desde el equipo de gobierno razonan que ahora se está haciendo una encuesta parecida a aquella, pero esta vez enfocada no a ocio en exteriores, sino en interiores. Es de suponer que esos resultados se podrán presentar también al sector privado para despertar apetitos inversores donde ahora no los hay. O incluso para atraer a firmas de sectores de actividad diversos y de momento, desaparecidos.
El estudio se utilizará para diseñar futuros centros de ocio en interiores en la ciudad
Seis empresas pendientes
Es posible que aquí esté la clave. Llevamos un año de lo que se ha denominado 'diálogo competitivo' para determinar qué se hace en La Casilla. Seis empresas se han interesado y han tomado parte en este proceso, pero «los planteamientos de todas ellas se han centrado en complejos de piscina, polideportivo y aparcamiento», se lamentan en el Ayuntamiento. Esos son «los mínimos» que se piden, y que «puntuarán el 60% en la futura licitación y concesión de obra».
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Pero «queremos más», dicen en el equipo de gobierno. En el 40% restante se van a valorar «otras cuestiones que sumen y que contribuyan a posicionar a 'la nueva Casilla' como un espacio de la ciudad que albergue otro tipo de oferta de ocio, deportiva o de organización de eventos». ¿Qué eventos? Gastronómicos, musicales, culturales... De todo. Eso es lo que se quiere conocer, qué actividades pueden tener más salida en términos comerciales.
La situación de Nogaro está aún menos definida, pero quizá su solución no sea tan complicada. Hay que tener en cuenta que la obra de La Casilla requerirá una inversión mínima de 21 millones de euros (IVA incluido), en su formato menos ambicioso, que quien asuma la obra tendrá cuarenta años para amortizar con la gestión del equipamiento.
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Sin embargo, el edificio de Artxanda, que es de suponer que esté vinculado al ocio más natural dado el entorno, queda muy lejos de esos volúmenes. Le costó al Ayuntamiento 1,7 millones de euros. El plan es sacarlo a concesión, aunque antes habrá que decidir, y en eso estamos, para qué tipo de actividad y comprobar que alguien, alguna empresa, está interesada en entrar.
Se quiere algo más que un parking y un gimnasio
Las seis empresas que han mostrado interés en La Casilla son o constructoras o gestores de equipamientos deportivos. Las primeras, FCC, Murias y Bycam-Intxausti; las segundas, Azora-Viding, Be Up y Go Fit. Tiene su lógica porque los usos más evidentes serán un parking y un gimnasio con piscina. Pero el Ayuntamiento quiere algo más. Eventos de algún tipo. Porque el ánimo no es sólo sacarle chispas al nuevo equipamiento, sino que tenga capacidad de atraer público que luego alterne por la zona, se tome algo e insufle vida. Con la reurbanización de las calles adyacentes se espera que pase a ser como un nuevo centro de la ciudad.
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