Bilbao quiere «sentar las bases para el crecimiento» con unas Cuentas centradas en mantener el bienestar actual
El pleno municipal aprueba un proyecto de Presupuestos continuista que la oposición ve poco ambicioso
Por un lado, Marta Ajuria (PNV), concejala de Hacienda, defendió el proyecto de Presupuestos del Ayuntamiento de Bilbao para 2025 como una herramienta eficiente para « ... sentar las bases del crecimiento económico». ¿Con qué actuaciones fundamentales? La prioridad de las Cuentas, dijo, es «consolidar los servicios públicos municipales». Lo que viene a ser mantener la aportación de la administración local al bienestar de la ciudadanía. Y cuando la oposición, con sendas enmiendas a la totalidad, le replicó que los planes del gobierno municipal no son ambiciosos, sino continuistas y poco ilusionantes, insuficientes para alcanzar ese objetivo de crecer y mejorar, esgrimió Ajuria como prueba de ambición las inversiones «en los museos Vasco y de Bellas Artes», que suman más de cinco millones de euros.
Este viernes se ha aprobado el proyecto de Presupuestos del Ayuntamiento para el año próximo, que contará con 719 millones de euros, lo que supone una tibia subida del 2,6%. Justificó Ajuria que un avance tan discreto ha sido debido, primero, al impacto en las cuestas forales de las devoluciones a mutualistas (lo que mermó la caja común de Udalkutxa, que se reparte entre los consistorios y supone el 57% del presupuesto); y, segundo, a la reducción de los fondos europeos. Con todo, y como siempre, es son las Cuentas más nutridas de la historia. Su prioridad, insistió, es «atender las necesidades de las personas, especialmente de las más vulnerables, mejorar y transformar los barrios, y favorecer e impulsar el desarrollo económico». Las inversiones se mantienen congeladas en 122 millones, mientras sí se incrementan las partidas necesarias para subir cada día la persiana, como los gastos de personal, que pasan de 192 a 196,3 millones de euros.
Un año más el Ayuntamiento sigue sin recurrir a deuda y engordando la hucha, que ya cuenta con 140 millones de liquidez, dijo la titular de Hacienda. Una situación de envidiable solvencia financiera que la oposición no aprecia como algo positivo, ya que habiendo necesidades acuciantes (todos los partidos se refirieron al problema de la vivienda) no ven justificado andar ahorrando en vez de tomar medidas contundentes. Frente a estas críticas, Ajuria recordó que Bilbao afronta años en los que va a necesitar grandes cantidades de dinero para llevar a cabo megaproyectos como el soterramiento de Abando, la operación de Olabeaga, la de Zorroza o la reconstrucción del Peñascal. En esos momentos agradecerá contar con ahorros. Ahora, con todo, puso en valor el esfuerzo que se hará por afrontar gastos como reforzar la limpieza de la ciudad y las mejoras en la red de saneamiento.
Sin embargo, para el principal partido de la oposición, EH Bildu, no se está dando respuesta «a los grandes desafíos» de la ciudad, según su portavoz, María del Río. Se refería a «una crisis habitacional grave, el reto demográfico y de cuidados y la transformación ecológica». Frente a esto, «los presupuestos se basan más en inercias pasadas que en retos de futuro». En su opinión estamos ante unos Presupuestos «desconectados de la realidad política y social de Bilbao». Entre otras cosas, porque «están diseñados entre cuatro paredes, sin capacidad de negociar» y con el objetivo de repartirse las partidas «entre los socios de gobierno».
En esto insistió mucho Ángel Rodrigo, del PP. «Hay áreas y programas sin apenas contenido para cumplir con el principio 'un área, un concejal'», modo de proceder que «está al servicio del pacto PNV-PSE». En cuanto al asunto de fondo, el popular se fijó en las «dificultades que nos esperan en el futuro cercano», cosa que también había hecho notar Ajuria debido al complejo escenario geopolítico internacional, con conflictos bélicos y amenazas de toda naturaleza. En todo caso, desde el PP consideran que las Cuentas no cumplen con el objetivo que debería ser «recuperar la senda del crecimiento en todos los barrios, sin dejar a nadie atrás, y recuperar el liderazgo perdido de Bilbao como motor de Euskadi». También ganar en seguridad, la principal preocupación de la ciudadanía.
Para Ana Viñals, de Elkarrekin, no es de recibo «la obsesión de mantener la deuda cero» cuando este proyecto de Presupuestos «no sólo no da para anunciar un gran proyecto, sino que no da para anunciar ni una pequeña anécdota». Desde la formación morada se ha lamentado que, por el lado de los ingresos, se retrocede en progresividad en cuestiones como la categoría fiscal de las calles, que pasa de 7 a 5 tramos. «Siguen cuidando en exceso a un sector de la población con alta capacidad económica», algo que rechazó Ajuria, quien recordó los mecanismos correctores establecidos para que ningún recibo en la tasa de basuras subiese más del 10%. Viñals lamentó que «las encuestas dan cuenta del aumento del pesimismo social», situación a la que no da respuesta a su juicio un presupuesto «sin ambición» y que no avanza, entre otras cosas, hacia «un modelo público integral de cuidados».
La concejala de Hacienda contrapuso datos positivos en diferentes variables, como el hecho de que la renta familiar en Bilbao haya crecido un 7,5% en 2022 (último dato disponible en el Eustat, correspondiente al ejercicio posterior a la pandemia), que la tasa de paro se mantenga en el 8,5% (con 21.300 personas sin empleo), o que en el presente ejercicio se hayan firmado en la ciudad 84.525 contratos, «de los que una tercera parte sin indefinidos». Como afanes potentes en las Cuentas también mencionó «continuar con los cuidados a las personas», reforzar «un Bilbobus moderno» y «la limpieza de calles».
Nora Abete, portavoz del PSE, socio del PNV en el ejecutivo local, destacó que los Presupuestos son «reflejo del compromiso político» para contribuir a avanzar hacia «un Bilbao moderno y justo; priorizamos el bienestar de las personas y queremos dar respuesta a las demandas ciudadanas». Apostó por una ciudad «inclusiva, sostenible y próspera» donde se refuerzan «los servicios públicos y la justicia social». Así, «desde el PSE defendemos una ciudad resiliente y ambiosa». Destacó de un modo especial las iniciativas que afectan a las áreas que están en manos socialistas, en especial los «57 millones para ofrecer un transporte público de calidad», además de los proyectos para construir más bidegorris y el mantenimiento de las inversiones para mejorar la accesibilidad de los barrios altos.
Como viene ocurriendo en los últimos años, el gobierno municipal aceptó enmiendas parciales menores de la oposición por un valor proporcional al peso de cada uno en el pleno. A EH Bildu se le admitieron cinco por valor de 500.000 euros; al PP otras tantas por 350.000; y a Elkarrekin seis por 200.000. Se refieren a medidas que van desde el apoyo al euskera hasta ayudas a ciertas ONG o programas para abordar el problema de la soledad. Este modo de actuar también ha sido muy criticado por los partidos de la oposición, que ven en este proceder más un reparto de dádivas que un enriquecimiento real de los presupuestos atendiendo al mérito e interés de las propuestas, independientemente del partido del que vengan y de su coste.
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