El miércoles se cumplirán 30 años del primer mundial de pádel. Y la manó que lo coció era de Bilbao. Julio Alegría. Algunos creemos que ... no ha crecido más porque es como una pastilla de caldo. El concentrado que da sabor a las salsas. Ejemplo de ello es este deporte que él y otros paisanos trajeron a Bizkaia. Para entenderlo viajamos al Acapulco de los años 60. Porque el pádel nace en México por obra y gracia de Enrique Corcuera. Un contratista que colocó dos paredes a los lados de su pista de tenis para evitar que entrara la vegetación.
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Como tantos deportes creció entre las élites económicas y el mundo VIP. En los 70 Alfonso de Hohenlohe, fundador del Marbella Club, ve que el pádel es divertido y no necesita mucho espacio. Los veraneantes argentinos copian la idea y lo mismo hacen unos bilbainitos que, en los 80, lo traen al golf de Neguri. Era habitual que el deporte de los hoyos acogiera al incipiente pádel, ofreciendo a sus socios otra actividad. Hondarribia y Zarautz hacen lo propio. Tal es su expansión que en 1988 se celebran los campeonatos hispano-argentinos y Francia rumia la posibilidad de organizar un mundial. Pero ya les decía que había unos bilbainitos por allí. Gente con fundamento.
El 11 de noviembre de 1991 el Gobierno vasco reconoce al pádel como deporte y en enero de 1992 se convierte, ante José Antonio Isusi Ezcurdia, notario del ilustre colegio de Bilbao, en la primera federación de pádel del mundo. La española se fundó nueve años después.
Nada raro teniendo en cuenta que en los 80 y solo en Jolaseta había más de 400 licencias. Otros clubes, como Neguri, Laukariz y el Marítimo del Abra, fueron también pilares fundamentales. Aunque quienes más apostaron por él fueron los argentinos, desde que Menditéguy lo llevara allá. Al fin y al cabo, era un deporte en evolución. Las pistas al principio eran de 9,80 x 20,40. Ahora son de 10 x 20.
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La red era más baja en algunos lugares hasta que se acordó subirlas. Eso en la parte deportiva. Luego estaba la institucional. Para crecer hay que pensar en grande. Como montar un mundial. Y aquí las cabezas de Bilbao, con Alegría al frente, apostaron por 1992. Para qué esperar. Alguien propuso que no sería mala idea jugar las finales en la Exposición Universal de 1992, en el pabellón de Argentina. Las sedes serán Madrid y Sevilla. Nadie les creía.
En poco tiempo
Les decían que era imposible organizar algo así en tan poco tiempo. Pero lo hicieron. Fueron ocho los países por equipos. Argentina, Uruguay, Gran Bretaña, Paraguay, Francia, Italia, México y España. A los que hay que añadir Chile y Brasil, que mandaron una pareja cada uno. La cosa rodaba. Pero un mes antes nadie había pagado la inscripción. Seguía el escepticismo. Logran que Beefeater sea el patrocinador y que el entonces Príncipe Felipe aceptase la presidencia de honor.
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Eso cambia el paso y siguen adelante. 180 personas hospedadas en Madrid, a razón de cinco noches de hotel con comida y desayuno. A Sevilla irían los clasificados. Allí cada cual se pagaría lo suyo. No fue sencillo. Los argentinos organizaron en Mendoza el segundo mundial. Eso no impidió que Alegría trajera otro a Bilbao, en 2013. Demostrando así que en el pádel, como en tantas otras cosas, Bilbao es y será la capital del mapamundi.
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