Bilbao levantó en enero la prohibición de abrir pisos turísticos a los dos meses de aprobarla
Una treintena de viviendas se han inscrito en el registro oficial en lo que va de año
En noviembre del pasado año Bilbao suspendió la concesión de nuevas licencias a pisos turísticos. En plena crisis habitacional, la moratoria tenía como objetivo frenar ... la proliferación de este negocio -que ya representa el 24% de las plazas de alojamiento ofertadas en la ciudad- para priorizar el uso residencial de los pisos en un momento en el que las dificultades para emanciparse se han convertido en la principal preocupación de los jóvenes. La prohibición estaría activa hasta que el Ayuntamiento culminara la reforma del PGOU que limitará de forma definitiva esta actividad.
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El veto definitivo llegará tras la aprobación de las zonas tensionadas
Su efecto era firme. La suspensión de licencias por parte del Consistorio daba luz verde al Gobierno vasco para rechazar de manera directa todas las nuevas viviendas que intentasen darse de alta en el registro oficial, el trámite previo para poder poner un piso en el mercado del alquiler vacacional. El crecimiento en los últimos años ha sido exponencial. Mientras en 2016 operaban 44 pisos y habitaciones vacacionales, la cifra ahora se eleva a los 1.350. La legislación vasca establece que para abrir un domicilio turístico el propietario tan solo debe presentar una declaración responsable en el Registro de Empresas y Actividades Turísticas de Euskadi (REATE), asegurando que su inmueble cumple con la normativa autonómica y municipal. Una vez operativo, se activa un expediente de comprobación, que incluye un informe municipal valorando si la vivienda cumple con la normativa urbanística local. En caso de no ser así, el Gobierno municipal pide al Ejecutivo autonómico que dé de baja el piso.
Lo que consiguió Bilbao con la moratoria fue precisamente saltarse esta última parte y que el Departamento de Turismo impidiera que más pisos puedan darse de alta de forma autonómica. Pero pese a las restricciones anunciadas a finales del pasado año, se han seguido dando licencias. En lo que va de año, al menos 30 pisos y habitaciones de uso vacacional se han inscrito en la plataforma oficial. De hecho, EH Bildu presentará en el próximo pleno municipal una batería de preguntas para conocer por qué se están activando viviendas de este tipo.
Fuentes del Gobierno vasco confirman a EL CORREO que en enero recibieron una orden por parte del Ayuntamiento asegurando que los criterios de criba para admitir o no nuevos pisos habían sido modificados. Preguntado por este asunto, fuentes del Consistorio sostienen que la suspensión cautelar estuvo vigente hasta la «aprobación inicial de la modificación del PGOU», que tuvo lugar en enero. Así las cosas, la moratoria estuvo activa cerca de dos meses. El pleno municipal celebrado en enero dio luz verde al primer paso para ajustar la normativa vigente e intensificar el control de los pisos turísticos. Se abrió un plazo de alegaciones y aún no se ha formalizado la aprobación definitiva. Pese a ese paso previo, EH Bildu consideraba que la moratoria «seguía vigente».
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Revisiones «periódicas»
Que se tenga en cuenta la aprobación inicial del PGOU y no la suspensión cautelar de licencias ha vuelto a modificar el proceso para activar nuevas viviendas turísticas. Ahora, el Gobierno vasco debe volver a abrir un expediente de comprobación uno por uno para que el Ayuntamiento dé el visto bueno a cada nueva apertura. Lo que ocurre es que este proceso no es inminente ni continuo. El Consistorio elabora «de forma periódica» revisiones de las inscripciones que se hacen en el REATE. Después, «comunica en caso de incumplimiento de la normativa vigente aquellas habitaciones o pisos» que infringen la ley urbanística. El problema es que mientras las verificaciones llegan los pisos están activos.
De hecho, según ha podido saber este periódico, de esos 30 inmuebles detectados, 12 siguen en tramitación a la espera de que el Ayuntamiento dé (o no) el visto bueno, 11 dejaron de estar activos por vulnerar el PGOU y otros 7 ya han recibido el informe municipal favorable, y por tanto, cumplen con la legalidad.
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En palabras del concejal de EH Bildu Karlos Renedo, «no sirve de nada reconocer públicamente que existe un problema de vivienda en Bilbao si al mismo tiempo se siguen permitiendo nuevas habitaciones y pisos turísticos. Es contradictorio y demuestra una falta de voluntad para hacer frente al problema que tenemos», añade el edil.
Los criterios que el Ayuntamiento tiene ahora en cuenta para dar su plácet a una vivienda turística son varios. El más novedoso es que la regulación equipara las habitaciones turísticas a los pisos para que los propietarios no sorteen la ley utilizando la primera opción. Además, en las zonas de mayor concentración -Casco Viejo, Bilbao La Vieja , Matiko, Abando, Indautxu y Oleabeaga- solo se permite la actividad en primeras plantas, o, en el caso del Casco Viejo, en planta baja en algunos supuestos. A esta barrera de entrada, se suma que los inmuebles deben tener un acceso independiente, algo que de por sí es complicado.
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Pero que los expedientes de comprobación no sean inmediatos hace que en el registro se inscriban viviendas que a priori no cumplen con las condiciones aprobadas por el Ayuntamiento. De la docena de pisos por analizar, se detecta una habitación turística dada de alta el día 28 de julio en Somera, en pleno Casco Viejo. En base al registro, está situada en una quinta planta. Asimismo, en mayo se activó otro dormitorio de las mismas características en la calle San Francisco. Es un tercer piso. La normativa fija que este tipo de actividad únicamente se podrá instalar en todo Bilbao en la planta más baja destinada a viviendas.
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