Bilbao ya se ha gastado más de un millón de euros en parchear el ascensor de Begoña
Después de más de cinco años cerrado y un estado de creciente deterioro el Ayuntamiento asegura que lo recuperará, pero aún no hay fecha para hacerlo
El ascensor de Begoña es un emblema de Bilbao, pero también de la incapacidad que tienen las administraciones para resolver problemas en un tiempo razonable. ... La histórica infraestructura cerró sus puertas en julio de 2014, hace ya más de cinco años, y aún no hay fecha para que vuelva a funcionar. Pero eso ocurrirá, aseguran en el Ayuntamiento. ¿Cuándo? Aún no se sabe. Lo que sí se sabe es que, de momento, las arcas municipales ya se han gastado más de un millón de euros en parchear el equipamiento.
De todo eso han dado cuenta ayer los concejales de Obras, Asier Abaunza (PNV), y de Rehabilitación Urbana, Gloria Múgica (PSE) en una comparecencia pedida por el PP. El primero hizo un repaso de las peripecias históricas que ha pasado el equipamiento: en 1943 se entregó la concesión a la mercantil Ascensores de Begoña por un plazo de 99 años. Pero con la entrada del siglo XXI el negocio dejó de ser rentable, así que la firma cerró el elevador en 2014. Ahí empezó un proceso judicial con el Gobierno vasco. Los magistrados del Tribunal Supremo resolvieron en 2018 que la falta de actualización de tarifas, vetada por Lakua, hacía inviable el negocio y dio la razón a la empresa. El problema es que la sentencia no detalla «qué se adeuda», dijo Abaunza. Y en esas están ambas partes. La buena noticia es que ya se ha abierto «el expediente de reversión» para que el ascensor quede en manos de Lakua. Además, también hay un acuerdo para que, una vez que eso ocurra, el Ejecutivo de Vitoria lo restaure y lo entregue de una vez al Ayuntamiento.
Obras simultáneas
¿Cuándo ocurrirá eso? En principio, la idea del Gobierno vasco sería «solapar las obras del ascensor con las del frontón de La Esperanza». Afrontar ambas al mismo tiempo. Desde el Ayuntamiento explican que el plan es terminar los trabajos del frontón a finales de 2020 y o principios de 2021. Pero hay dudas de que esa actuación conjunta se pueda llevar a cabo porque, admitió el concejal de Obras, podría ocurrir que la empresa no llegase a un acuerdo con Lakua a la hora de liquidar las cuentas del ascensor e iniciase un nuevo proceso judicial, que volvería a retrasarlo todo. Porque, claro, no solo se debe determinar cuánto ha perdido la mercantil por culpa de la Administración, y cuánto ha dejado de ganar por no continuar con la concesión hasta 2033, sino que, en la columna del 'debe' también tienen que incluir todas las deudas que arrastra. Parte de ellas, con el Ayuntamiento por haber sido él quien ha llevado a cabo el mantenimiento del inmueble.
Mientras se prorroga la situación de incertidumbre el Consistorio debe seguir vigilante porque el ascensor de Begoña es, potencialmente, un peligro público. Gloria Múgica especificó los parches que la administración local ha tenido que afrontar en las últimas dos décadas «ante la inacción de la propiedad». Es decir, es la concesionaria quien debería cargar con los gastos de mantenimiento, pero su pasividad, y el hecho de que fuese una amenaza (por ejemplo, por la caída de cascotes y cristales), obligan a la administración a actuar de forma «subsidiaria». Pues bien, desde que se dieron las primeras actuaciones en 2003 las arcas municipales ya se han gastado más de un millón de euros (1.016.014,23) en reforzar la estructura, reparar la cubierta, remediar el vandalismo... «Y seguimos vigilantes», aseguró la concejala de Rehabilitación Urbana.
Tanto Raquel González, del PP, como Carmen Muñoz, de Podemos, y Bruno Zubizarreta, de EH Bildu, lamentaron que toda esta situación se esté prolongando durante tantos años sin que sea posible dar una solución a los vecinos, que son quienes más están padeciendo los retrasos.
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