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La nueva normativa distingue entre las faltas leves y las que entrañan dolo. jordi alemany

Bilbao endurece las multas de la OTA

La sanción mínima por aparcar sin sacar tique pasará de 20 a 50 euros, y por hacerlo en zona de carga y descarga subirá de 30 a 100

Domingo, 12 de diciembre 2021, 00:45

Tiene poco sentido el sistema sancionador que rige ahora en la OTA de Bilbao y que multa igual a quien se pasa quince minutos de ... la hora, que a quien se apoltrona en la zona azul durante un día entero sin ni siquiera sacar el tique. Eso va a cambiar. Y el resultado será, en términos generales, que la gran mayoría de las infracciones les van a salir bastante más caras a los incumplidores. Incluso mucho más caras. Lo que más subirá es dejar el coche en una zona de carga y descarga, sanción que ahora puede ser cancelada en un parquímetro por 30 euros, y que pasará a tener un coste mínimo de 100. Aparcar sin tique ahora se arregla con 20 euros, que subirán a 50.

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Lo que va a cambiar no es solo la cuantía, sino la operativa de todo el proceso. La nueva situación estará regulada en la futura ordenanza de aparcamientos y estacionamientos que entrará en vigor «en el segundo trimestre de 2022», avanza el concejal de Movilidad y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Bilbao, Alfonso Gil. La aprobación inicial se produjo en el pleno municipal del mes pasado y está pendiente la información pública.

La gran novedad es que desaparece el sistema de cancelación en parquímetro, que ahora permite saldar a un coste reducido la deuda por los incumplimientos. Por ejemplo, estacionar en zona de carga y descarga tiene en la actualidad una multa de 150 euros, que se quedan en 75 por pronto pago, y en 30 si se acude al sistema de cancelación instantánea. Con la futura ordenanza la multa se eleva a 200 euros, que se quedan en 100 por pronto pago. Y ya no hay más opciones para rebajar esa cifra.

Un reproche especial

Se trata del mismo castigo que tienen ahora, y seguirán teniendo, actitudes como aparcar en plazas reservadas para discapacitados o para ambulancias, o utilizar de manera fraudulenta la tarjeta para personas con discapacidad, comportamientos estos que desde siempre se han considerado merecedores de un reproche particularmente riguroso. Ahora, siendo el reparto de mercancías un reto relevante en términos de movilidad urbana, se ha decidido dar una protección especial a las zonas de carga y descarga.

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En la actualidad se castiga igual a alguien que se pasa un poco del tiempo que a quien ni siquiera saca el tique

Pero lo que más va a cambiar será la manera de multar los estacionamientos indebidos en la zona azul o verde. En estos momentos, como se avanzaba al principio, se sancionan del mismo modo incumplimientos de variada gravedad. Rebasar el tiempo por el que se ha pagado, sea cual sea la duración, tiene el mismo reproche que no poner tique: 100 euros de sanción, que se quedan en 50 por pronto pago, y en 20 si hay cancelación en parquímetro. Eso hace que sea más rentable dejar todo el día el coche en zona OTA de manera irregular y pagar la multa, que llevar el vehículo a un parking.

En la futura ordenanza se contemplan varios escalones en función de la gravedad del comportamiento. La infracción más leve, que supone rebasar el tiempo de estacionamiento en treinta minutos o menos, tendrá una multa de 40 euros, lo que supone una sustancial rebaja sobre los 100 actuales. Se hace así para que el importe por pronto pago se quede en 20, que es la misma cantidad que ahora se abona en los parquímetros.

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Para desincentivar

Cuando nos pasemos del tiempo entre treinta minutos y una hora, la multa sube a 80 euros, 40 por pronto pago, lo que supone el doble de lo que ahora se abona en la cancelación inmediata. Y cuando el exceso supere la hora, o para quienes estacionen sin tique, se mantienen los 100 euros actuales de sanción, 50 por pagar pronto, que implica una subida del 150% sobre los 20 euros por los que se puede solucionar la situación en la actualidad.

«Lo que hemos hecho es graduar las sanciones», explica Alfonso Gil. «Es injusto que se trate igual a quien se pasa un poco del tiempo que a quien, con dolo, ni pone el tique». Como siempre que se habla de multas, recuerda que la finalidad no es recaudar sino «desincentivar los incumplimientos». Por eso, las faltas leves, las que son originadas quizá por despistes, «no tienen grandes diferencias con respecto a la situación actual», mientras que para las más graves hay una amenaza de un castigo más duro. Al final, lo que se pretende es que «haya rotación» y que los coches no se eternicen ocupando espacio público. De fondo, también opera todo este sistema sancionador como un mecanismo que desincentiva el uso del vehículo privado, como siempre que se pone cualquier otra cortapisa.

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