Bilbao es la capital vasca con los pisos más viejos al superar ya los 55 años de edad media

Los datos están en la Estadística Municipal de Viviendas, publicada por el Eustat este mismo mes. Ahí se revela que en 2022 la antigüedad media de las viviendas familiares bilbaínas era de 55,2 años, frente a los 54,5 del ejercicio anterior. Vitoria, por su parte, es la capital con un parque inmobiliario más joven, con 38,1 años de media; hay que recordar que buena parte de la ciudad alavesa se 'inventó' a principios de este siglo, con los barrios de Salburua y Zabalgana como nuevos espacios de desarrollo. Los pisos de San Sebastián, por su parte, tienen una antigüedad media de 53,1 años, cifra más próxima a la de la capital vizcaína.

Lo que ocurre es que esa diferencia entre Bilbao y las otras dos capitales va engordando a medida de pasan los años porque la vizcaína también es donde el ritmo de envejecimiento es más elevado. Desde 2010 la edad media se elevó en 9,1 años (entonces era de 46,1), frente a los 8,1 de la ciudad guipuzcoana y los 8,5 de Vitoria.

¿Por qué ocurre esto? Por lo ya avanzado antes: aquí, en Bilbao, se construye menos, así que con una bolsa más reducida de vivienda nueva el ritmo de envejecimiento aumenta. Entre 2010 y 2022 el parque residencial bilbaíno únicamente creció el 5,5% (ahora hay un total de 166.259 viviendas familiares), frente al 8,5% de San Sebastián y el 12,1% de Vitoria.

Es muy posible que esa falta de nuevas promociones de vivienda de los últimos años -con excepciones como las de Zorrozaurre y Bolueta- sea en parte responsable del declive poblacional de Bilbao (que, por otro lado, tampoco lo tiene fácil para expandirse por condicionantes puramente orográficos). En los últimos doce años la ciudad ha perdido 13.000 habitantes, hasta los 340.455 actuales, mientras que Vitoria aumentaba su padrón en 11.000 y San Sebastián lograba mantenerse.

Un momento. Si la población mengua, ¿por qué hacen falta más pisos? Lo que ocurre es que cada vez más gente vive sola y las familias tienen menos miembros, de modo que se requieren más viviendas para dar cobijo a la misma población. Como en Bilbao la oferta residencial no ha aumentado al mismo ritmo que la demanda, los precios están disparados y se expulsa a gente a municipios próximos.

Pero eso es otra cuestión. Volviendo a la antigüedad del parque residencial, ¿supone algún problema el tener unos edificios tan viejos como los que hay en Bilbao? Tranquiliza Asier Abaunza, concejal de Planificación Urbana, Proyectos Estratégicos y Espacio Público: «Lo realmente importante no creo que sea cuándo se ha levantado un edificio, sino su estado de conservación». Y en este sentido desde el Ayuntamiento aseguran que «el 95,72%» de los inmuebles de la ciudad que tienen más de medio siglo de vida ha pasado la preceptiva inspección técnica (ITE). Eso supone que o han certificado su buen estado de salud, o han llevado a cabo las reformas estructurales necesarias para garantizar su seguridad.

«Todo el mundo ha visto la cantidad de andamios que ha habido por la ciudad en los últimos años», esgrime Abaunza. Se refiere no solo a las actualizaciones de los inmuebles para pasar la revisión obligatoria, sino también a las mejoras en materia de eficiencia energética y accesibilidad. También menciona actuaciones mucho más generales, como la práctica reconstrucción del barrio del Peñascal que ya está diseñada.

En cuanto al hecho de que Bilbao sea la capital con el parque inmobiliario más envejecido, el concejal recuerda que eso tiene una explicación histórica: «Los mayores desarrollos urbanísticos tuvieron lugar en los años 50 a 70 del siglo pasado». Ahí emergieron barrios como «Santutxu, Zurbaran, Uribarri, San Adrián, Irala, Rekalde... Todo ellos responden al desarrollismo de aquella época, en la que había una gran demanda de vivienda al calor de la industrialización».

De cara al futuro, ya avisan desde el Ayuntamiento de que la edad media de los edificios va a seguir creciendo a un ritmo elevado porque no hay planes de grandes crecimientos de vivienda nueva. «Los desarrollos nuevos previstos para los próximos quince años suponen poca proporción respecto al conjunto, sobre un 10%». Es decir, unas 15.000 viviendas nuevas. «Así que la media de edad no va a bajar» en la ciudad, cosa que tampoco tiene por qué ser algo preocupante.