Bilbao abrirá este año un concurso de ideas para definir el futuro de Abando tras la llegada del TAV

El proyecto que ahora echa a rodar tiene una importancia capital para el futuro de la ciudad. El soterramiento del TAV (la última fecha oficial habla de principios de 2024) liberará una pastilla de terreno de 120.000 metros cuadrados en el centro de la villa, una superficie en la que se podrían construir, por ejemplo, cuatro museos como el Guggenheim y en la que se apuesta por edificar un millar de viviendas con las que cofinanciar un plan de la alta velocidad que costará más de 750 millones. El Consistorio busca ahora la mejor manera de reorganizar ese espacio, teniendo en cuenta que se abre una oportunidad única con la caída de la brecha que ha separado históricamente los barrios de San Francisco-Zabala y Abando.

El equipo de gobierno liderado por Juan María Aburto tiene ahí un gran desafío: integrar una zona con una renta per cápita muy inferior a la de sus vecinos y con una realidad social muy diferente. Además, se apunta un cambio de rumbo claro en la urbe. Y no sólo por la liberación de suelo y el TAV, sino también porque la pujanza de nuevas iniciativas como la antigua torre del BBVA, que se transformará en un polo de emprendimiento y en sede de la Diputación, está trasladando, de nuevo, el péndulo del centro urbano hacia la Plaza Circular.

En la última década, el comercio y la hostelería -también la transformación de Abandoibarra- habían llevado el cogollo de la actividad económica y empresarial a Moyua e Indautxu. Algo que, año tras año, se dejaba ver en las estadísticas del metro: las estaciones más usadas dejaron de ser Abando y el Casco Viejo. Algo que, sin embargo, empezó a cambiar hace tres años con la apertura de la Línea 3.

El Ayuntamiento aspira a pilotar esta transformación del corazón de la ciudad. «No vamos a esperar a que se resuelva la obra ferroviaria, que irá soterrada; queremos empezar ya a definir el Masterplan de Abando, es decir, todo lo que irá en la superficie», apunta Abaunza. Y el primer paso es convocar ese concurso de ideas del que, por ahora, se conocen muy pocos detalles.

La mayor preocupación en el Consistorio y en el Gobierno vasco tiene que ver con los plazos del TAV. Se sigue insistiendo en que se puede llegar a finales de 2023, pero que para ello se necesita que se designe de manera inmediata un nuevo gobierno en Madrid. Ayer, Abaunza pidió prudencia pero también dijo entender que muchas personas «no vean realista» el último plazo del que se viene hablando. Abaunza subrayó también la necesidad de que haya un nuevo Ejecutivo central para cerrar otro plan: el soterramiento de Feve en Zorroza, que sigue sin fecha.